Diez manifestantes fueron detenidos ayer en Londres durante una protesta que reunió a miles de personas contra el confinamiento y las restricciones de derechos en Gran Bretaña.
Los incidentes estallaron cuando la policía cargó para disolver la manifestación en la Plaza de Trafalgar porque no cumplía con la prohibición de actos multitudinarios.
El gobierno de Boris Johnson ha prohibido las reuniones de más de seis personas y el cierre de bares y restaurantes a partir de las 10 de la noche.
El uso de mascarillas pasa a ser obligatorio para los empleados del sector de la hostelería y el comercio minorista, además de para pasajeros de taxis y similares.
“En los sectores comercial, turismo, entretenimiento y otros, nuestros lineamientos para la prevención de la covid pasarán a convertirse en obligaciones legales. Los negocios podrán ser multados, e incluso cerrados, si no cumplen con las reglas”, advirtió Boris Johnson.
La asistencia a bodas ha quedado limitada a un máximo de 15 personas y ya no habrá excepciones para deportes practicados bajo techo.
El regreso paulatino de espectadores a los eventos deportivos también ha sido suspendida.
Una cuarta parte de los 66 millones de habitantes de Gran Bretaña están afectados por el confinamiento y las restricciones de movimientos.
El gobierno ha lanzado una aplicación para móviles basada en la tecnología Bluetooth que alerta a los usuarios si han pasado 15 minutos o más a menos de dos metros de otro usuario que ha dado positivo en una prueba.
La aplicación permite a los clientes proporcionar a los bares y restaurantes sus datos personales, una obligación legal, gracias a un lector de códigos QR.