El condecorado contraalmirante Richard Williams aseguró en un correo electrónico, que el presidente Obama había adquirido una mansión junto al mar en la lujosa urbanización de Palm Jumeirah de Dubai, Emiratos Árabes Unidos, cuyo precio de venta es de 4,9 millones de dólares.
La mansión habría sido pagada en los primeros días de enero por el Grupo Podesta, compañía especializada en relaciones públicas y labores de lobby con sede en Washington.
El contraalmirante fue cesado de forma fulminante el sábado 9 de enero por su superior, la vicealmirante Nora Tyson, sólo seis meses de haber sido nombrado jefe del Grupo Naval de Ataque 15, con sede en San Diego (California), debido a una “pérdida de confianza en su capacidad de mando”, basada en los resultados iniciales de una investigación en curso sobre la supuesta “mala utilización de los equipos informáticos del Gobierno”, señala el comunicado.
Para dar verosimilitud a la pérdida de confianza, se filtró que el contraalmirante Richard Williams había visitado páginas pornográficas desde su ordenador oficial. Enseguida fue patente que la Marina trataba de manchar la reputación del mando militar, condecorado con una docena de medallas al mérito, dado que por medidas de seguridad las intranet militares registran los sitios web visitados por cada usuario y el acceso a la red requiere una contraseña personal para evitar usurpaciones de identidad.
Ningún militar, y menos de alto rango, pone en peligro su carrera visitando sitios web comprometidos desde las intranet oficiales, cuando puede hacerlo desde un ordenador personal sin correr riesgos.
El cese fulminante se habría producido por orden directa de la Casa Blanca. La lujosa mansión habría sido pagada por el Grupo Podesta, dirigido por Tony Podesta, amigo personal del presidente, lo que coloca en una delicada situación a Obama. Esta empresa de relaciones públicas y labores de lobby tiene a Arabia Saudí entre sus principales clientes.
Cuesta creer que el alto mando de la Marina hiciera una acusación tan fuerte referida al presidente de Estados Unidos sin prueba alguna. La información manejada por el contraalmirante Williams habría sido obtenida por el servicio de inteligencia de la US Navy, que habría desplegado un equipo en Dubai en una misión relacionada, presuntamente, con la citada mansión.
El cese de Williams es la punta del iceberg de la guerra sorda que libran un número creciente de mandos militares contra la Administración Obama por apoyar al Estado Islámico e involucrar a las fuerzas armadas estadounidenses en nuevas guerras como las de Siria, Irak y Libia.
El primer indicio relevante del enfrentamiento entre una parte del Pentágono y la Casa Blanca tuvo lugar el pasado verano cuando medio centenar de analistas de inteligencia del Mando Central de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos acusaron a sus generales de obligarles a manipular los informes para presentar como un éxito los bombardeos de la coalición internacional contra el Estado Islámico en Siria e Irak.
El New York Times publicó entonces que se cambiaron las conclusiones de los informes de inteligencia sobre el verdadero grado de preparación de las fuerzas de seguridad iraquíes y se presentaron escenarios optimistas de las campañas aéreas en Siria e Irak.
La lucha contra el terrorista Estado Islámico o Daesh dio un giro inesperado a partir del 30 de septiembre con la intervención rusa en Siria. Los bombardeos aéreos rusos cambiaron el signo de la guerra y en los dos primeros meses de campaña aérea consiguieron que los yihadistas se replegasen y se mantengan a la defensiva. Algo que la coalición internacional liderada por Estados unidos no logró en año y medio al centrar sus operaciones aéreas contra el Ejército de Bashar al-Asad en vez de atacar a los islamistas.
Desde el pasado verano mandos militares estadounidenses intercambian información con sus homólogos rusos, al margen de la Casa Blanca, para tratar de acabar con el Estado Islámico, según revelan web especializadas norteamericanas que califican a los militares que se oponen a la política de Obama de verdaderos patriotas.