Una vez más la confusión. Una vez más los medios de comunicación propiedad de la oligarquía internacional y de los grandes bancos y multinacionales españolas – junto a los medios “públicos” en manos de los gobiernos del Estado y de las Comunidaes Autónomas, alineados todos con la OTAN y preparando su Cumbre en Madrid a finales de junio, nos han preparado el relato: Rusia invade Ucrania, luego “no a la guerra”.
Desde sus bien financiadas poltronas, el PSOE, Podemos, IU y el PCE, como fuerzas de gobierno que se preparan para recibir con todos los honores al presidente de Estados Unidos y al resto de jefes de estado de la alianza más criminal de la historia, claman contra Rusia por la “invasión” de Ucrania. Pablo Iglesias, el mismo que nos instaba a guardar nuestras banderas rojas porque eran arquelogía histórica, se supera a sí mismo en cinismo y se atreve a constituirse en vara de medir comunismos para camuflar su abyección otanista.
Al compás del mismo guión marchan ONGs y otras organizaciones que, cada vez que la OTAN o la “coalición internacional“atacaba a diferentes países, han sostenido discursos que sistemáticamente han servido para blanquear los crímenes del imperialismo. Baste recordar sus “Ni OTAN, ni Milosevic” – en la guerra de destrucción de Yugoslavia -, “Ni Bush ni Sadam” cuando se asoló Iraq, “Ni OTAN, ni Gadafi” cuando se aniquiló Libia o la demonización de Al Asad cuando el imperialismo euro-estadounidense pretendía añadir Siria al cesto de naciones destruidas a las que expoliar.
Para neutralizar la capacidad de la movilización obrera y popular ante semejantes crímenes los grandes emporios de la comunicación nos proporcionaron las mentiras mediáticas correspondientes. Y no hay que olvidarlas. Recordamos: el cormorán empapado de petróleo porque Sadam Hussein era un eco-terrorista, los bebés arrancados de sus incubadoras en Kuwait, las armas de destrucción masiva de Iraq, los fabricados bombardeos de Gadafi a su propio pueblo, los ataques de Al Asad con armas químicas, etc.
La clase obrera y cualquiera que aspire a tener una idea cabal de lo que acontece, jamás deberían olvidar que “la ideología dominante es la ideología de las clases dominantes” y que los dueños de los medios de comunicación, ahora más que nunca, son los mismos que trabajan para los utilizan para que los pueblos -como decía Machado- no acertemos la mano con la herida.
Por ello, para poder valorar la realidad de lo que sucede, es indispensable conocer el proceso histórico y situar los acontecimientos en sus relaciones.
¿Cómo surge la OTAN y qué ha hecho desde entonces?
Tras la derrota del nazismo alemán en la II Guerra Mundial a la que contribuyó decisivamente la URSS con sus 27 millones de muertos – la mayor parte población civil exterminada por las tropas fascistas – Estados Unidos impulsa la creación de la OTAN en 1949, a la que se integran las principales potencias de Europa occidental. La Alianza surge explícitamente para enfrentar a una URSS destrozada por la guerra, pero el objetivo es también subordinar a los países europeos que iban a dejar de tener ejércitos propios, y supeditar su soberanía a los intereses de Estados Unidos.
Seis años después, en 1955, en contra de lo que se cree, se crea el Pacto de Varsovia, alianza militar de la URSS y países aliados, para contrarrestar las amenazas atlantistas. El Estado español, que ya con la dictadura franquista tenía multitud de bases militares de Estados Unidos en su territorio, se incorpora a la OTAN en 1982. Ese mismo año de 1982 el PSOE gana las elecciones con el lema “OTAN, de entrada NO”, con una opinión pública mayoritariamente contraria a la integración. En 1986 se convoca un referéndum, plagado de amenazas si ganaba el NO. Las condiciones para el SÍ, que resultó ganador eran: No formar parte de la estructura militar, no almacenar en el estado español armas nucleares e ir disminuyendo progresivamente la presencia militar de Estados Unidos en nuestro territorio.
Como es bien sabido todas las condiciones se incumplieron. No solamente se integró España en la estructura militar, sino que Javier Solana llegó a ser su Secretario General; y se ampliaron y multiplicaron los tratados bilaterales con Estados Unidos que incluían no preguntar acerca de las armas nucleares y el aumento de las bases militares.
Tras la caída de la URSS en 1991, la OTAN se compromete con Rusia a no expandirse “ni un centímetro” hacia el Este, a cambio de la disolución del Pacto de Varsovia. Una vez desaparecido éste, 14 países del Este de Europa se han integrado en la OTAN. Desde entonces las guerras de destrucción perpetradas directamente por la OTAN o por sus países miembros camuflados en lo que llaman “coalición internacional” se han multiplicado dejando tras de sí millones de muertos, países destruidos y múltiples organizaciones terroristas que actúan a sus órdenes y a quienes financian, arman y entrenan. La lista del horror es larga: Iraq (1991), Yugoslavia (1991-2001), Afganistán (2001), Iraq (2003), Libia (2011), Siria (2011), Yemen (2014).
Gobiernos de países con una trayectoria criminal, como Colombia e Israel, que no ha dejado de masacrar al pueblo palestino desde 1948, actúan como miembros de facto de la OTAN. A esto hay que añadir la participación directa o encubierta de Estados Unidos y las potencias europeas en multitud de golpes de Estado, instigación de guerras civiles, desestabilización de países, sanciones y bloqueos que han ocasionado la muerte de millones de personas, el hambre y la enfermedad en América Latina, África y Oriente Próximo.
Desde que Rusia y China se han opuesto a los planes del imperialismo de Estados Unidos y la Unión Europea, creando alianzas y apoyando a los países atacados, han sido identificados como enemigos de la OTAN y cercados militarmente.
¿Qué pasa en Ucrania?
En Ucrania, país que tiene fronteras directas con Rusia, tuvo lugar un golpe de Estado en 2014, instigado por Estados Unidos y la Unión Europea, que situó en el gobierno, en el ejército y en la policía a organizaciones fascistas, herederas directas de los nazis ucranianos que colaboraron con Hitler en el genocidio perpetrado contra la población civil de Ucrania, Bielorrusia y Rusia durante la II Guerra Mundial.
Una buena muestra de su naturaleza es la matanza de trabajadores y trabajadoras – 50 muertes y 150 personas desaparecidas- , quemadas vivas, en la casa de los sindicatos de Odessa, el 2 de mayo de 2014.
Ante golpe fascista y el terror desencadenado contra la población de habla y cultura rusa, en el Donbass, en 2014, se proclamaron las Repúblicas Populares de Donets y Lugansk, que se armaron para resistir los ataques del gobierno fascista de Ucrania. Desde entonces los bombardeos de población civil, de infraestructuras como escuelas y hospitales, violaciones y masacres, han ocasionado 14.000 muertes, reconocidas por la ONU.
En 2015, se firma el Acuerdo de Minsk entre Ucrania, Rusia, Alemania y Francia. El Acuerdo incluía una serie de medidas para el alto el fuego en el Donbass y la solución del conflicto por vías dialogadas. Todas ellas han sido sistemáticamente violadas por Ucrania que ha continuado los ataques al Donbass; masacres que no han hecho más que incrementarse ante el silencio criminal de los medios de comunicación y la complicidad directa de Estados Unidos y la Unión Europea.
Estados Unidos y la Unión Europea han continuado armando al gobierno fascista de Ucrania, que ha seguido atacando a su propio pueblo, y preparan la incorporación de este país a la OTAN. Está previsto que esta integración de Ucrania culmine en la Cumbre que tendrá lugar en Madrid en próximo mes de junio.
Las contradicciones interimperialistas entre Estados Unidos y la Unión Europea
Como decíamos al principio uno de los objetivos centrales de la OTAN desde su creación, ha sido y es, máxime después de la desaparición de la URSS, asegurar a Estados Unidos el dominio de Europa. Eso significa impedir, mediante el control militar de la Unión Europea, cualquier alianza o relación, incluso comercial, de ésta con Rusia. Dos ejemplos recientes:
- Todas las sanciones contra Rusia las pagan los países de la Unión Europea. Ahora mismo, todos los países miembros, incluido el Estado español, están viendo cerradas sus exportaciones a Rusia. Muchas empresas se hundirán, como ya está sucediendo con las empresas agrícolas.
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El cierre del gaseoducto Nord Stream II que debía proporcionar gas ruso a la Unión Europea, más barato y de mejor calidad que el que abastece Estados Unidos, un 40% más caro y con mayores impurezas proveniente del fracking. ¿A cuanto va a pagar la energía y todos los productos que dependen de ella la clase obrera de los países de la Unión Europea? El imperialismo, no es sólo la dominación militar, sino la garantía del negocio de Estados Unidos, a costa nuestra.
Por otro lado, todos los gobiernos de España han participado activamente en la cadena imperialista, mostrando un alineamiento mayor con Estados Unidos que otros países europeos.
Ante el escenario de guerra abierta que se prepara, ¿cual es nuestra responsabilidad y cuáles son nuestras tareas inmediatas?
Sabiendo que Rusia es un país capitalista y que es importante no confundir al gobierno de Rusia con un gobierno comunista, lo que las trabajadoras y trabajadores no debemos olvidar es que el único lenguaje que entiende el imperialismo es el de la fuerza. Y que, en este caso, el gobierno de Rusia, apoyado sin excepción por todas las fuerzas parlamentarias, está enfrentándose, tanto a un gobierno fascista, como al imperialismo más agresivo representado por la OTAN.
La decisión de Rusia de reconocer a las Repúblicas Populares del Donbass y de acudir en su ayuda, defendiéndolas militarmente y llevando a cabo una intervención militar en Ucrania, debemos analizarla en el contexto de guerra contra Rusia, preparada desde hace años por la OTAN y de la masacre de la población del Donbass acometida por el gobierno de Ucrania, durante los últimos 8 años, penetrado hasta la médula por organizaciones fascistas.
El gobierno de Rusia no ha hecho más que adelantarse a los planes de la OTAN que ha venido utilizando a Ucrania como ariete. El gobierno de Kiev que amenazaba hace pocos días con invadir Crimea y solicitar la instalación de armamento nuclear de la OTAN. Todos los acuerdos, como el de Minsk, para encontrar salida pacífica, o como la promesa de no expandir la OTAN hacia el Este, hace tiempo han sido pisoteados.
Una vez más los medios de comunicación que sirven a sus dueños, los grandes Fondos de Inversión – nunca debemos olvidarlo – y se constituyen en propagandistas de la OTAN, difundiendo todo tipo de mentiras. Como en otras guerras, dirigen el foco del interés hacia un punto, mientras ocultan tragedias y agresiones cotidianas perpetradas por sus aliados, como -entre otras- la cotidiana masacre del pueblo palestino por el Estado sionista.
En medio de una gravísima crisis económica del capitalismo, que no ha sido provocada por el Covid pero que sí ha sido agravada por las medidas adoptadas por los gobiernos, se ha hundido en la miseria a millones de familias trabajadoras y se han destruido decenas de miles de pequeñas y medianas empresas.
Tras el alza insoportable de precios, sobre todo de la energía, se anuncia ahora un importantísimo incremento de los gastos militares, con dinero público y detraído de los gastos sociales. Alemania ya ha iniciado el camino. El Parlamento alemán sin oposición institucional, aprobaba el 28 de febrero la astronómica cifra de 100.000 millones de euros para “defensa”. Este hecho recuerda la votación de los presupuestos para la guerra de 1914, apoyada por la socialdemocracia y que dio origen a la creación del Partido Comunista de Alemania (KPD) de Rosa Luxemburgo.
Las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea, con la paralización de exportaciones a Rusia, está causando la ruina de miles de agricultores que vendían cítricos y otros productos agrícolas a Rusia. Por otro lado, de forma más general afectará el aún mayor encarecimiento del gas como resultado del cierre de mercados con Rusia y la compra del mismo a Estados Unidos, un 40% más caro y de peor calidad.
Todo ello está configurando un escenario de rápido deterioro de las condiciones de vida de millones de personas y de probables estallidos sociales que los gobiernos intentarán dominar intensificando la represión y la propaganda.
Corresponde a las organizaciones comunistas y a los sectores más conscientes de la clase obrera prepararse para que los trabajadores y trabajadoras, especialmente la juventud, y los sectores más golpeados del pueblo, dirijan su ira contra quienes desde hace años están construyendo un escenario de guerra en Europa y se frotan las manos ante el gran negocio de la escalada armamentística.
El papel de organizaciones como el PCE, IU o Podemos, colaborando en esta estrategia de guerra al servicio de Estados Unidos, hipotecando nuestra soberanía y colocándonos como objetivo directo en un más que probable escenario de guerra, les sitúa, junto al PSOE, como lacayos del imperialismo.
Por todo ello, teniendo en cuenta quiénes integran la auténtica organización criminal que ha perpetrado y perpetra la destrucción de países engendrando y apoyando el fascismo, nuestro deber es enfrentar con todas nuestras fuerzas a la OTAN y al gobierno que en nuestro nombre y con nuestro dinero, va a aumentar los gastos militares mientras desmantela y privatiza los servios públicos. La lucha por la salida inmediata de la OTAN, el desmantelamiento de las bases de Estados Unidos y de la OTAN, contra el aumento de los gastos militares y contra la participación del Estado español en la guerra, debe concretarse también en la lucha contra la Cumbre de la OTAN.
La probable intensificación de la lucha de clases con millones de personas cuyas condiciones de vida se hunden, puede permitir que las masas obreras perciban – si las organizaciones comunistas llevamos a cabo decididamente esta tarea esencial de lucha ideológica – la íntima relación entre la explotación capitalista y las guerras, y entre el capitalismo y el fascismo.
La desestabilización y la agudización de las contradicciones internas entre las clases dominantes que toda guerra comporta, han abierto históricamente ventanas de oportunidad para procesos revolucionarios. La victoria requiere ineludiblemente que exista una estrategia, una dirección y una organización, hoy más que nunca de carácter internacional, que enfrente lo que, objetivamente, está unido: el capitalismo y la guerra. Su creación es la tarea fundamental de los comunistas.
Coordinadora de Núcleos Comunistas, 1 de marzo de 2022