El Ministerio cubano de Salud Pública (Minsap) ha ordenado la suspensión de la práctica de pruebas rápidas para detectar el coronavirus debido a la “poca eficacia” que tienen.
La doctora Yanelis Calviño Vega, jefa del Puesto de Dirección de Salud Pública de Holguín, aclaró que a partir de ahora se considerarán los criterios clínicos y epidemiológicos a la hora de buscar e identificar posibles “casos positivos”.
La médico de Holguín no especificó qué clase de pruebas rápidas eran las que el gobierno cubano estaba aplicando.
La decisión no ha sido anunciada de manera oficial por el Minsap pero explicaría lo observado por los médicos respecto a la detección de varios “casos positivos” sin vínculo alguno con casos detectados anteriormente.
Se desconoce cómo pueda afectar esta decisión a la situación epidemiológica del país en un futuro inmediato, pues hasta ahora el Minsap ha confiado en las pruebas rápidas para detectar casos sospechosos y aplicarles pruebas PCR en caso de dar positivo.
Pero algunas de las pruebas rápidas han llegado a tener un margen de error del 80 por ciento y el costo de los falsos positivos ha sido un factor importante que ha obligado al gobierno cubano a cambiar de criterio.
Los falsos positivos de las pruebas rápidas han multiplicado innecesariamente la realización de pruebas PCR, cuyo costo es de alrededor de 50 dólares.
Tras la detección de los primeros casos, a Cuba llegaron una gran cantidad de equipos médicos procedentes de varios países, así como de la Organización Mundial de la Salud y el Fondo de Población de la ONU.
En marzo el país caribeño cerró sus fronteras, permitiendo la entrada de residentes y la salida de los turistas que se encontraban en la isla.
El número de fallecimientos atribuidos al coronavirus en la isla ha ascendido a 108 desde el mes de marzo, una cifra absolutamente insignificante que no justifica las medidas políticas aprobadas por el gobierno de cara a la galería.
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