Cuarta noche seguida de protestas populares contra el paro y la carestía en Túnez

En Túnez las concentraciones y manifestaciones contra el paro y la carestía se han convertido en un acontecimiento cotidiano, a pesar del toque de queda impuesto por el gobierno con el pretexto de la pandemia.

Los enfrentamientos con la policía también son cotidianos, lo mismo que las barricadas en las calles, la quema de vehículos y los saqueos de comercios.

El viernes en Siliana los manifestantes intentaron asaltar la vivienda de un policía después de que atacara a un pastor. El policía ha tenido que abandonar su domicilio y ha sido trasladado a otra localidad.

La semana pasada conoció cuatro jornadas seguidas de movilizaciones que, de momento, concluyeron anoche con batallas campales en los barrios populares de Túnez y las ciudades más importantes, como Bizerta.

Docenas de jóvenes han sido detenidos, dijo Khaled Hayuni, portavoz del Ministerio del Interior, quien pidió a los padres que vigilaran a sus hijos.

Los enfrentamientos más graves se produjeron en las afueras de Susa, donde la policía disparó botes de gas lacrimógeno en un intento de dispersar a cientos de jóvenes manifestantes que bloqueaban las carreteras.

Las movilizaciones populares aumentan la presión sobre el Primer Ministro, Hicham Mechichi, que ayer anunció una reorganización del gobierno que incluye nuevos ministros del interior, justicia y energía. 

Las manifestaciones coinciden con el décimo aniversario de la llamada “Revolución de los Jazmines” que derrocó a Ben Ali y marcó el comienzo de la “Primavera Árabe”.

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