«Las decisiones sobre sexo y sexualidad deben equilibrarse con la salud personal y pública«. La superestrella anti COVID de Estados Unidos, Anthony Fauci reflejó esta idea cuando declaró en abril respecto a aquellos que se encuentran con extraños para tener relaciones sexuales a través de Tinder u otras aplicaciones de citas.
Durante los últimos meses, las autoridades norteamericanas han exhibido delirantes recomendaciones relativas al coronavirus, que pasarán a la historia como las mayores muestras de estupidez de quienes están en los puestos de relevancia de la Administración.
El Departamento de Salud de la Ciudad de Nueva York recomendó que las personas que organizan orgías deberían “limitar el tamaño de su lista de invitados». El folleto recomendaba: «Elija espacios más grandes, más abiertos y bien ventilados«.
Los «agujeros del placer»
El Dr. Demetre Daskalakis, subcomisionado de salud de la ciudad de Nueva York, se jacta: «Nuestro departamento de salud tiene un historial realmente sólido de ser muy positivo en relación con el sexo«. Al mismo tiempo que la policía de Nueva York acumula una ristra de agresiones violentas a personas por no usar mascarillas, el gobierno de la ciudad impulsó los llamados «agujeros del placer», instando a las personas a «ser creativas con barreras físicas, como paredes, que permiten el contacto sexual y al mismo tiempo previenen el contacto cercano cara a cara».
El Departamento de Salud Pública de San Francisco ha aconsejado que el coito dure menos de lo normal. “Más rápido puede ser mejor. Cuanto más tiempo estemos a 6 pies de alguien, mayor es el riesgo«.
Como parte de sus recomendaciones para «navegar por el panorama del amor», las autoridades sanitarias de San Francisco instaron a «abrazar los pensamientos sucios pero en superficies limpias». La guía enfatiza la importancia de limpiar los «juguetes compartidos», especialmente cuando se cambian los «collares» y artículos similares de un cuerpo a otro.
El departamento también señaló que “cuando se trata del riesgo de COVID-19, el exterior es mejor que el interior».
El sexo oral y el coronavirus
El Fenway Health Center, un centro de estudios clínicos federal, hizo otra recomendación estrambótica a los bostonianos con problemas de espacio: «Si se utiliza la recomendación de distanciamiento social de 6 pies, el sexo oral no es compatible».
El Departamento de Salud de Austin, Texas, alertó a los residentes locales de que “se ha encontrado COVID-19 en materia fecal. Evite la actividad que pueda permitir que el virus de las heces ingrese a su boca». En la era del COVID, la frase «come mierda y muere» ha pasado de ser una burla juvenil a ser una ominosa advertencia de salud del gobierno.
El Departamento de Salud de la Ciudad de Milwaukee advierte: «La masturbación no propagará el COVID-19, especialmente si se lava las manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos antes y después del sexo». Pero si te lavas las manos solo 15 segundos después, entonces el riesgo persiste.
Muchas otras agencias gubernamentales se han convertido en animadores de la autosuficiencia, como si existiera una necesidad imperiosa de que los funcionarios públicos especificaran cómo deberían desahogarse cientos de millones de estadounidenses. Pero además, sus intenciones van más allá, porque en más de una ocasión los funcionarios federales han recomendado sustituir el «sexo presencial» por el «sexo en línea».
Recomiendan precauciones al joder, pero ellos nos joden de lo lindo y cada vez más.
La covidiotez llega al sexo con consejos estúpidos y estrambóticos para dar forma a la nueva subnormalidad. La Inquisición ha creado un nuevo grupo de peligrosos terroristas, los amantes que practiquen sexo como toda la vida.