La pasada investidura de Sánchez fue fallida al rechazar «Podemos» la oferta del gobierno de asumir una vicepresidencia y tres ministerios de poco fuste que permitiera el acceso a los consejos de ministros, que era el objetivo, aparentando el partido morado «dignidad» con aquello de que a ellos «no se les pisa».
La pregunta es pertinente. Sánchez aduce «desconfianza» y la formación de un gobierno «de dos partidos» lo que no le dejaría «dormir» al inquilino de la Moncloa.
Estamos por decir que es lo mejor que le ha pasado a «Podemos» y su líder Iglesias. ¿Por qué lo decimos si, como se pinta, este partido, instalado en el Gobierno, hubiera servido de freno a las previsibles medidas impopulares del Gobierno titular? Justamente por todo lo contrario, esto es, porque Iglesias hubiera asumido y hecho suyas las disposiciones del Gobierno en temas axiales y claves para la Patria… española, por supuesto.
Especialmente Catalunya, verdadera piedra de toque para diferenciar quien es demócrata -al menos en esta cuestión- y quién no reclamando el ejercicio del derecho a la autodeterminación, aunque no se sea independentista. Aquí, en este rubro, Iglesias «entendería» la posición del gobierno central, y ello, al formar parte de él, por «responsabilidad». Ahí se vería que son gente «seria». No se estarían negando a sí mismos, sino mostrándose «razonables». Incluso harían entender a la sociedad la bondad de la aplicación del artículo 155 de la Constitución española. O enseñar a los díscolos independentistas catalanes (y los que les imiten) que las sentencias del Tribunal Supremo español, gusten o no gusten (latiguillo muy de moda), hay que «respetarlas» en un Estado de derecho y blablablá…