La puesta en marcha de la central nuclear de cuarta generación en la Bahía de Shidao impulsa a China a la cima de la innovación nuclear. Ha sido otra hazaña tecnológica. La central eléctrica de Shidao Bay, equipada con reactores refrigerados por gas de alta temperatura, es una tecnología de vanguardia que contrasta con los métodos convencionales.
Hasta hace poco, el panorama nuclear mundial estaba dominado por las tecnologías existentes, principalmente reactores de agua a presión, desarrollados y perfeccionados por Rusia, Estados Unidos y Francia. Durante mucho tiempo estos países han sido considerados pioneros en el campo de los reactores nucleares. Ahora China ha revolucionado el escalafón.
No es sólo un avance de las fuerzas productivas, sino también un símbolo de la independencia tecnológica de China. Mientras que los reactores tradicionales se centran principalmente en la generación de energía, los SMR (reactores modulares pequeños) de Shidao Bay tienen un alcance más amplio y se extienden a la calefacción, la desalinización del agua de mar y otras áreas. Estas aplicaciones versátiles brindan a China una ventaja estratégica significativa sobre los demás países.
El país asiático ha logrado este avance gracias a su propia experiencia tecnológica, reduciendo su dependencia de tecnologías extranjeras. Es algo notable en el contexto actual de tensiones estratégicas y bloqueo tecnológico.
La central eléctrica de Shidao Bay, con una capacidad de 200 MW, es también un avance porque su arquitectura compacta y modular revoluciona la construcción de plantas de energía nuclear, por las reducciones de costos y un despliegue más rápido.
El avance chino en el sector nuclear refleja su ascenso general en diversos campos tecnológicos, donde gradualmente ha comenzado a superar a Occidente. Desde el 5G hasta la inteligencia artificial, pasando por las energías renovables y ahora la energía nuclear, China está demostrando su capacidad para innovar y tomar la delantera en el escenario mundial.
El nuevo reactor pone de relieve un cambio de paradigma en el sector de la energía nuclear, donde China ya no es sólo un seguidor, sino qus otenta unn puesto de cabecera indiscutible. Ahora está a la vanguardia de la carrera hacia el futuro de la energía nuclear. Es un punto de inflexión decisivo que supera no sólo a Estados Unidos, sino también a potencias tradicionales, como Francia.