China es el campeón indiscutible del mundo en el ámbito de la producción de energía “verde”. Produce el doble de energía “limpia” que el resto del mundo junto.
Las cifras han sido reveladas por la organización Global Energy Monitor (GEM). El país asiático representa hoy 339 GW de producción de energía solar y eólica, lo que supone el 64 por cien de la producción anual total. Le sigue Estados Unidos, con 40 GW, así como Brasil, con 13 GW.
Las inversiones en energía solar y eólica son enormes pero, a pesar de ello, para satisfacer las crecientes necesidades de electricidad de la economía, sigue dependiendo del carbón.
China también encabeza la nueva era de la aviación eléctrica. El gigante CATL, la mayor empresa del mundo en la producción de baterías para vehículos eléctricos, acaba de alcanzar un hito notable en el desarrollo de baterías de alto rendimiento destinadas a la aeronáutica.
Recientemente CATL probó una batería de nueva generación con una densidad energética de 500 Wh/kg, el doble que las baterías de mayor rendimiento disponibles actualmente en el mercado. Esta prueba, realizada en colaboración con Comac, una empresa pública china del sector aeronáutico, arrojó resultados prometedores, sugiriendo la posibilidad de realizar vuelos más largos y pesados.
Según CATL, la batería permitió a un avión eléctrico de cuatro toneladas realizar un vuelo de prueba de larga distancia. Aunque se han publicado pocos detalles sobre el rendimiento exacto durante este vuelo, la empresa afirma que la misma tecnología podría permitir que un avión de ocho toneladas recorra hasta 2.000 o incluso 3.000 kilómetros, lo representaría un avance significativo, ya que los aviones eléctricos actuales generalmente tienen una autonomía limitada a unos cientos de kilómetros.
La estrategia de CATL no termina ahí. Al posicionarse en el mercado de la aviación de negocios, la empresa pretende ofrecer jets privados capaces de transportar hasta nueve pasajeros en largas distancias, una perspectiva atractiva para empresas y taxis aéreos.
La evolución de la tecnología de baterías para la aviación eléctrica, en particular la desarrollada por CATL, podría tener un profundo impacto. En primer lugar, este avance de las fuerzas productivas aumenta la viabilidad de los aviones eléctricos para vuelos comerciales más largos, abriendo la puerta a una adopción más amplia de esta tecnología en segmentos de mercado previamente dominados por aviones de propulsión tradicional.
Además, al duplicar la densidad energética de las baterías, CATL se ha puesto a la cabeza de manera decidida. El éxito del proyecto fortalece la posición cabecera de China en el desarrollo de tecnologías avanzadas, lo que contrasta con el reciente cierre de la fábrica de Audi de coches eléctricos en Bruselas que la subida de los aranceles de la Unión Europea no ha podido evitar.
Desde principios del siglo XXI, la aviación ha experimentado importantes avances tecnológicos que han transformado tanto los aspectos de diseño como de funcionalidad de los aviones. La introducción de materiales más ligeros y resistentes, como los compuestos de fibra de carbono, ha hecho posible construir aviones más robustos y con mayor rendimiento energético.
Al mismo tiempo, la creciente adopción de tecnologías digitales ha revolucionado la navegación aérea y la gestión del tráfico, haciendo que los vuelos sean más seguros y eficientes. Estos avances, que simbolizan una era de transformación, sientan las bases para una aviación futura más sostenible y accesible, donde innovaciones como la aviación eléctrica ya no sean meras curiosidades sino realidades emergentes.