El experto ha calificado la devaluación del yuan como una «medida esperada» en el contexto de los últimos datos de las exportaciones, que en julio cayeron un 8,3 por ciento anual. «La decisión del Banco Popular se basa en los planes oficiales respecto a la exportación. Es evidente que los datos retrocedieron en el transcurso del año y ahora la tarea es estimular las exportaciones», ha subrayado.
Gabuev ha explicado que en China hay provincias y zonas en las que se concentran las empresas exportadoras, donde la gente pierde trabajo. «Este hecho puede generar conmociones sociales, por lo que la primera y principal inquietud del partido es impedir estas conmociones», ha remarcado.
Según sus palabras, las autoridades chinas están preocupadas no solo por los datos de la exportación que incluso podrían ser peores que la estadística oficial, sino también por las noticias corporativas concretas y es que la compañía taiwanesa Foxcom, que produce los iPhone, ha anunciado que abrirá una planta en la India, a la que trasladará una parte de sus operaciones.
Al mismo tiempo, Gabuev descarta que con esta devaluación las autoridades pretendiesen liberalizar el proceso de determinación del tipo de cambio apostando por los mecanismos de mercado. El experto recordó que el Fondo Monetario Internacional dio una evaluación positiva a la anterior cotización del yuan aunque antes declaraba que estaba infravalorado.
El organismo incluso habló de incluir la moneda china en la cesta de divisas que componen los Derechos Especiales de Giro si se eliminaban ciertas restricciones al movimiento de capital. «Ahora esto es imposible. Creo que la actual decisión se debe a la preocupación por millones de personas concretas que trabajan en la provincia de Guangdong y no a las expectativas de que incorporen el yuan en la cesta de divisas de reserva y tampoco al deseo de seguir las recomendaciones del FMI», indicó.
Hoy por hoy, sostuvo, es prematuro hablar de que el gobierno ha retirado las limitaciones burocráticas al capital, por el contrario muchos esperan la tendencia contraria, y uno de los factores es el colapso de la bolsa de valores. En su opinión, las conclusiones que Pekín puede sacar de estas dos historias es que debe mantener las palancas de control sobre las finanzas y posponer el establecimiento del tipo de cambio flotante de la moneda nacional.
Gabúev ve complicado pronosticar si tendrá efecto la devaluación del yuan en las exportaciones. En todo caso, si esto no sucede, son posibles nuevas depreciaciones de la moneda china. Aunque el experto no espera una «guerra de divisas» en la región, tampoco la ha descartado por completo.
Que burros, si quieren evitar protestas de los obreros que lleven a un par de sindicalistas de UGT y que monten una filial: fin de las protestas, rebaja de sueldos, pérdida de los pocos derechos que puedan haber conseguido y todo de buen rollo.
Saludos.