En las últimas décadas, China ha emprendido una transformación radical de sus fuerzas armadas, pasando de un ejército numeroso pero tecnológicamente atrasado, a una potencia militar moderna. Esta metamorfosis, resultado de inversiones colosales y una voluntad política inquebrantable, ha afectado todos los aspectos del aparato militar chino. Se desarrolló equipo avanzado, se intensificó el entrenamiento de tropas y se adoptó una doctrina militar centrada en la proyección del poder. Esta modernización acelerada ha beneficiado particularmente a la marina china, que ha adquirido una flota impresionante capaz de competir con las armadas más grandes del mundo.
La marina china acaba de alcanzar un hito histórico al desplegar simultáneamente sus tres portaaviones. El CNS Liaoning, el primero de su nombre, navegó en la zona contigua a las aguas territoriales japonesas, una primicia que no dejó de atraer la atención del Ministerio de Defensa japonés. Acompañado por dos destructores Tipo 052D, este grupo de portaaviones compacto presagia pruebas del J-31/35, un cazabombardero embarcado de nueva generación. Al mismo tiempo, el CNS Shandong se hizo a la mar desde su base en Yulin para realizar ejercicios en el Mar de China Meridional, mientras que el flamante CNS Fujian inició su cuarta campaña de pruebas en el Mar Amarillo.
Este despliegue tripartito marca un paso crucial en la evolución de la marina china. Hasta ahora, sólo la Armada estadounidense podía presumir de tal capacidad. China demuestra así su deseo de ascender al rango de superpotencia naval, capaz de proyectar su fuerza en varios teatros de operaciones simultáneamente.
El CNS Fujian, la última incorporación a la flota china, ilustra perfectamente las ambiciones tecnológicas de Beijing. Con sus 80.000 toneladas y 320 metros de eslora, este gigante de los mares está equipado con catapultas electromagnéticas y cordones de detención, una configuración CATOBAR anteriormente reservada a los portaaviones estadounidenses y franceses. Este avance técnico permite embarcar aviones más pesados y mejor armados, aumentando considerablemente el poder de ataque del grupo de portaaviones.
La marina china no se contenta con aumentar el número de portaaviones. También está desarrollando una gama completa de buques de escolta y apoyo. La aparición de un imponente buque de asalto anfibio Tipo 075 junto al CNS Shandong atestigua esta diversificación. Este buque de 40.000 toneladas, comparable a los portaaviones estadounidenses de clase Wasp, ofrece a China nuevas capacidades de proyección de fuerza y control marítimo.
El despliegue simultáneo de tres portaaviones es sólo la punta del iceberg. Revela una estrategia más amplia para hacer de China una potencia naval global. El entrenamiento intensivo de nuevos pilotos para operaciones nocturnas, ejercicios de combate en el Mar de China Meridional y despliegues regulares en áreas estratégicas como el Mar de Filipinas demuestran la determinación de Beijing de afirmar su presencia en los océanos.
Este aumento del poder naval se inscribe en una lógica de competencia estratégica con Estados Unidos. China busca desafiar la supremacía estadounidense en la región del Indo-Pacífico, mientras desarrolla formas de proteger sus intereses económicos y territoriales. La capacidad de desplegar varios grupos de transportistas simultáneamente ofrece a Beijing una flexibilidad operativa sin precedentes y una poderosa herramienta disuasoria.
La rápida evolución de la marina china plantea muchas preguntas sobre el equilibrio de poder en la región y más allá. Si China logra dominar plenamente el complejo arte de las operaciones de aviación naval, tendrá una influencia considerable en el escenario internacional. Las naciones costeras y las potencias occidentales siguen de cerca estos acontecimientos, conscientes de que el Mar de China podría convertirse en el escenario de una nueva forma de confrontación naval en el siglo XXI.
China prueba un misil balístico intercontinental en el Pacífico
En un contexto de la rivalidad creciente entre China y Estados Unidos, ayer el país asiático probó un misil balístico intercontinental en el Océano Pacífico. Iba equipado con una “ojiva de entrenamiento simulada”, anunció de forma inusual su Ministerio de Defensa, mientras el gigante asiático rara vez comunica abiertamente sus lanzamientos.
Los misiles balísticos intercontinentales pueden lanzar ojivas nucleares.
No han proporcionado detalles sobre el lugar de la caída del misil. El Ministerio tampoco precisó si el proyectil fue lanzado desde un submarino o desde tierra.
“El lanzamiento de este misil es parte del programa anual de entrenamiento de rutina de Rocket Force”, dijo. “Es consistente con el derecho y la práctica internacionales y no apunta a ningún país u objetivo específico”, dijo el Ministerio.
Estados Unidos envía periódicamente buques de guerra al Mar de China Meridional para intimidar a los dirigentes de Pekín y apoyar a Taiwán.
China reivindica su soberanía sobre numerosos arrecifes e islotes en el Mar de China Meridional (en particular frente a Vietnam y Filipinas), en el Mar de China Oriental (en las islas Senkaku controladas por Japón) así como en el Himalaya (frente a la India).