Tras la retirada de Estados Unidos de Afganistán y el ascenso de los talibanes al poder en Kabul, el sistema de seguridad regional en Asia Central ha comenzado a experimentar un rápido moldeado. Nuevos actores, en particular Estados Unidos, Turquía y China, intentan penetrar en la tradicional zona de influencia y responsabilidad rusa en el territorio de las antiguas repúblicas soviéticas.
Estados Unidos y Turquía, aliados oficiales en el bloque de la OTAN, se han mostrado especialmente activos, llegando incluso a ser competidores directos en sus recientes intentos de expansión en Asia Central. Ankara intenta utilizar activamente su estrategia panturquista, reforzando los lazos con los países de la región al promover la idea de un “Gran Turán”. Estados Unidos aún espera permanecer en la región colocando bases militares en algunos países de Asia Central. Aunque ya tiene experiencia de presencia militar en Asia Central, tras los sucesos de 2014, Moscú consiguió expulsar las bases militares estadounidenses de su patio trasero.
Descontentos con esta política rusa de limitar la influencia y la penetración de Estados Unidos y Turquía en Asia Central, ambos países observan con especial celo las actividades de China en la región, intentando, a través de sus capacidades, limitarla o incluso socavarla. Naturalmente, Estados Unidos se ha mostrado especialmente activo en este ámbito, utilizando sus capacidades informativas para denigrar las políticas regionales de China, difundiendo numerosa intoxicación política y tratando de socavar las acciones de China.
Una de estas actividades de provocación fue la publicación por parte de algunos medios de comunicación estadounidenses de que China había establecido una serie de bases militares en Tayikistán. En concreto, según el Washington Post, ya en 2017 apareció una base militar secreta china en el distrito de Murghob, en la región autónoma de Gorno-Badajshan, en Tayikistán, cerca de la frontera con Afganistán. Según los medios de comunicación estadounidenses, los soldados chinos de la región autónoma de Xinjiang Uygur están prestando servicio allí.
Sin embargo, Estados Unidos no ha conseguido provocar una disputa entre Rusia y China con tales insinuaciones, ya que China lo había discutido previamente de forma diplomática con Rusia, explicándolo no con fines militares sino con fines logísticos para controlar el posible movimiento de militantes uigures desde Afganistán a China y de vuelta. La instalación militar en cuestión es pequeña, con la presencia de representantes de las partes china y afgana, además de los tayikos.
Todo esto cambió tras la llegada de los talibanes al poder en Kabul y la necesidad de reforzar las medidas de contención en la frontera tayiko-afgana en el distrito de Murghob de la región autónoma de Gorno-Badajshan y de construir una nueva base militar para las necesidades de las fuerzas especiales tayikas.
Esta circunstancia y la negativa explícita de los Estados de Asia Central a permitir la instalación de bases militares estadounidenses en la región llevaron a Estados Unidos a lanzar una nueva campaña de propaganda alegando la construcción de otra base militar china. Por ejemplo, según los datos de la redacción tayika de Azattyk, la Radio Libertad de Asia Central, financiada por Estados Unidos y reconocido en Rusia como agente extranjero, Dushanbe habría dado luz verde a la construcción de una nueva instalación militar china en su territorio. Ha ofrecido a China la plena propiedad y el control de la base existente.
Esta última acusación de Estados Unidos fue rápidamente contrarrestada por un anuncio oficial de las autoridades tayikas de que China construiría efectivamente una base en la región autónoma de Gorno-Badajshan, en la frontera entre China y Afganistán. Pertenecerá a una unidad especial de reacción rápida del departamento regional de lucha contra la delincuencia organizada del Ministerio del Interior de Tayikistán. Aunque todavía no se ha anunciado la dotación de la futura base, según los expertos militares, el contingente podría estar formado por entre 300 y 500 soldados, varios vehículos blindados ligeros y posiblemente drones. Con el telón de fondo de la toma del poder por parte de los talibanes en Afganistán, la instalación de seguridad se construirá en virtud de un acuerdo entre el Ministerio del Interior de Tayikistán y el Ministerio de Seguridad del Estado de China. El coste de la instalación se estima en 10 millones de dólares, y la construcción se llevará a cabo con financiación “ex gratia” de China, que se encarga de proporcionar la maquinaria, el equipo y los materiales para el proyecto.
El proyecto de construcción de la base militar se produjo en medio de las tensiones entre Dushanbe y el nuevo gobierno talibán. El presidente de Tayikistán, Emomali Rahmon, se ha negado a reconocer al gobierno talibán y ha pedido una mejor representación de los grupos étnicos de Afganistán, de los que los tayikos son el segundo más importante. Los talibanes han forjado una alianza con un grupo militante tayiko con base en el norte de Afganistán que pretende derrocar al gobierno de Emomali Rahmon.
Al decidir la construcción de la base en la Región Autónoma de Gorno-Badajshan, China persigue principalmente sus propios intereses, ya que la región siempre ha sido una fuente de preocupación para las autoridades chinas. Al basarse en esta región, los militantes uigures del Movimiento Islámico del Turkestán Oriental pueden entrar en China y organizar sabotajes. En caso necesario, China pretende utilizar esta base del Ministerio del Interior tayiko para proteger sus fronteras contra los ataques de grupos armados procedentes de Afganistán. Además, la presencia de esta base militar en la frontera con Afganistán será una baza adicional en las negociaciones de China en cooperación con las nuevas autoridades de Kabul.
Esta base podría ser probablemente la respuesta de Pekín a la activa expansión de Turquía en Asia Central, que pretende crear una especie de superpotencia logística en la ruta entre Asia y Europa y convertirse en el principal país de tránsito de las mercancías chinas hacia el mercado europeo.
El mencionado papel de China en la construcción de una nueva base militar en la región autónoma de Gorno-Badajshan puede ser también una maniobra de Pekín para impedir la expansión de la influencia india en Tayikistán, que, en particular, trata de encontrar una posición específica en las actividades de la base aérea de Farkhor en Tayikistán. China, y especialmente su actual aliado, Pakistán, ciertamente no quieren esto.
En cuanto a la asunción por parte de China de los gastos financieros relacionados con la construcción de la nueva base militar tayika, cabe recordar que China ya ha asignado fondos al sector de la defensa de Tayikistán. Por ejemplo, ya ha concedido una subvención para reforzar la seguridad a lo largo de la frontera entre Tayikistán y Afganistán. Se prevé la construcción de tres oficinas de comandantes, cuatro puestos fronterizos y un centro de formación. En 2016, se construyó la Casa de Oficiales en Dushanbe con un apoyo financiero chino de 19 millones de dólares. En noviembre de 2018, se inauguró en la capital tayika un Centro de Lucha contra el Terrorismo, el Extremismo y el Separatismo, también con dinero chino.
—Vladimir Platov https://journal-neo.org/2021/11/04/china-is-building-a-military-base-in-tajikistan/