La consejera de Bienestar Social, Aurelia Sánchez, ha comunicado que su departamento ha suprimido el Ingreso Mínimo de Solidaridad (IMS), porque el Ingreso Mínimo Vital» es una prestación, «mucho más ventajosa para las personas y las familias».
La supresión de este subsidio que perciben miles de familias en Castilla-La Mancha no afectará a quienes ya lo tienen concedido, pero sí se advierte que transcurridos los seis meses de duración, éste no se renovará.
Si bien la semiótica del comunicado afirma que «se mantiene el IMS», lo cierto es que no se admitirán nuevas solicitudes, y las que estaban pendientes de resolver han comenzado ya a ser rechazadas. La justificación que ha dado la Junta es que con esta medida «se potencia» el IMV y, en un futuro próximo, se pondrá en marcha un sistema complementario al Ingreso Mínimo Vital que coordine la inclusión laboral, formativa y social, que atará la concesión del ingreso a los planes de trabajo obligatorio que establezca la administración autonómica.
Según Aurelia Sánchez, Castilla-La Mancha «siempre ha apostado por un sistema de rentas básicas estatal», cuestión que se ha visto concretada con la aprobación del Ingreso Mínimo Vital, donde ya reconocen sin género de dudas de que éste será una renta sustitutiva de las rentas autonómicas, que se completa con un sistema de apoyos complementarios, desde las comunidades autónomas. O dicho de otra manera, que el IMV no se trata de una nueva ayuda, sino una sustitución de las que ya había.