Thomas Sankara |
La reapertura de la investigación ha coincidido con el 27 aniversario de su muerte, que se produjo el 15 de octubre de 1987 tras el cruento golpe de Estado que llevó al poder a Blaise Campaoré, una marioneta del imperialismo.
“Si un día me matan, él será mi verdugo”, decía Sankara en las mismas narices de Campaoré, que entonces se hacía pasar por su amigo.
En mayo fue exhumado su supuesto cadáver, junto con los de otros 12 colaboradores más. Aunque aparentemente la ropa del cadáver pertenece a Sankara, desde el exilio su mujer no ha dejado de alertar para cerciorarse de que se trata de sus restos.
El cadáver aparece acribillado a balazos. Sin embargo, el director de sanidad en el momento de su asesinato, el coronel Fidel Guebré, anunció que había muerto de muerte “natural” y ha sido acusado de falsificación de documentos públicos.
Ahora la duda es si el gobierno burkinabés se atreverá a pedir a Marruecos la extradición de Blaise Campaoré. El Presidente del gobierno de transición, Michel Kafando, así lo prometió en su discurso de investidura. El criminal ex-presidente, que hasta entonces estaba refugiado en Costa de Marfil, huyó a Marruecos, donde se esconde actualmente.
En todo África el capitán Sankara es una leyenda. Cuando el 3 de enero de 1984 se crearon los tribunales revolucionarios en Burkina Faso, pronunció un discurso de inauguración en el que dijo lo siguiente:
“Mientras haya opresión y explotación, habrá siempre dos justicias y dos democracias: la de los opresores y la de los oprimidos, la de los explotadores y la de los explotados. La justicia bajo la revolución democrática y popular será siempre la de los oprimidos y los explotados contra la justicia neocolonial de ayer, que era la de los opresores y los explotadores”.