Bergoglio, Boff, Esquivel…

Bianchi

Seguimos con Bergoglio y sus andanzas y nos vamos a sus primeros pasos como Papa que, a tenor de lo que se nos contaba, fascinaron al mundo cristiano, o sea, todo el mundo civilizado «urbi et orbi» (y no urbi et «orbe»): de la ciudad (de Roma) al mundo entero.

Vino este jesuita -quien escribe estas líneas estudió con ellos en la Universidad- desde -son palabras suyas- el «confín del mundo» y cayó de pie, como los gatos. Recién nombrado, no más abrir el crisóstomo, el pico, semejaba oráculo pasmando con sus perícopas al canal entre emisor y receptor vulgo los «mass media» obsecuentes que fingen, o sea, mienten, «non plus ultra» y no es sino «rien de rien»,  ¿Qué dijo hoy Su Santidad? ¿Enarcó la ceja como acento circunflejo? ¿Besó pies de atorrantes? ¿Defendió el dativo grecolatino? ¿Habló en esdrújulo? ¿Descubrió la pólvora este revolucionario que habla de los pobres? Bárbaro, qué hombre, qué digo, qué Papa.

Nombrar Papa nuevo es vender burra vieja: un oxímoron. Ah, pero San Bergoglio hizo visaje, mueca con esguince, lavó pinrel, pagó fonda de su peculio, se bajó del jeepmóvil y besó garra, improvisó, un fenómeno, ¿quién lo duda? Ah, bueno, ¿es eso? No lo vio así el teólogo de la liberación, en 2005, Leonardo Boff, cuando Jorge Mario Bergoglio disputaba el «Papado League» y lo despintó como como legitimador de nada menos que «la monarquía absolutista espiritual». Luego acusan a uno de inclinado al ditirambo barroco manierista…

El exfraile franciscano (dejó los hábitos en 1992) se declaró esperanzado por la designación de Jorge Bergoglio como nuevo papa y consideró que la elección del nombre de «Francisco» indica que trabajará por los pobres. Jodó, menos mal que mi papá (ahora con acento en la segunda «a») no me crismó como Judas en la pila bautismal, menudo trauma de por vida. O Vladimiro y hubiera tenido que ir al Café Voltaire de Zurich a jugar partidas de ajedrez con Tristan Tzara, el fundador del genial dadaísmo, predecesor del surrealismo. Hay nombres que marcan, como fierro en res, oiga.

También rechazó (Boff) las acusaciones de que hubiera (Bergoglio cuando era el jefe-general de los jesuitas en Buenos Aires) tenido vínculos con la dictadura militar argentina apoyándose en Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz en 1980, argentino también (Boff es brasileño), que, luego de entrevistarse con Bergoglio, ya papa, declaró que no tuvo que ver con los milicos. En 2005, recién finado y occiso Juan Pablo II (ahora ya santo este feroz anticomunista), Esquivel declaró en el periódico porteño Página 12: «Bergoglio cree que todos aquellos que trabajan socialmente con los sectores más pobres, más necesitados, eran comunistas, subversivos, terroristas». Boff cree que con el nuevo papa «no habrá olor a altares, sino olor a pueblo». Siempre la metáfora neotestamentaria y paulinotarsiota (el misógino san Pablo) del pastor y el rebaño, qué puta manía con lo mal que debe oler el pueblo, mire usted.

Pero, ah, en 2005 decía de Bergoglio que «hay una mancha en su biografía» refiriéndose al turbio comportamiento que tuvo con dos correligionarios jesuitas raptados por el gorilato. Hoy, agua pasada… No acabo de entender, salvo que me apuren o aspen, cómo personas de izquierda mudan de opinión en tan corto lapso de tiempo (no es que nos asombre ni hagamos aspaviento, entiéndasenos: estamos curados de espanto). ¿Lo explica el hecho de que sea ya Papa y, además, compatriota argentino? ¿Quién cambió? ¿Bergoglio o quienes hoy  lo ungen y ayer lo imputaran? ¿Qué lavado de cara es este? ¿A qué obedece? ¿Será que la competencia evangelista, protestante, le come la tostada y el terreno a la hegemonía católica en Latinoamérica? ¿Será por esto que se llenan la boca con la palabra «pobre»? ¿Sentaremos a un pobre de solemnidad a nuestra mesa?

Buenos días.

comentario

  1. • Te voy a asesinar, Bianchi, ya que por tu culpa, si no me muero de risa incontenible, me va a quedar cara de gili de cara al vulgo, que igual le da por ofender recitando el: "de qué te ríes tanto, julandrón". Porque, aunque ovejas, las hay de todo color y, ya se sabe que les importa un comino apestarnos por el hecho de abrir sus cloacas a fin de recitarnos sus epigramas en base a lo que captan sus fugaces visiones de linceos.
    • Dios te preserve tu fino olfato muchos años, aunque tengas que sufrir por ello lo indecible; ¡oh no? ¡Qué jodido!
    • Pues eso; Buenos días.

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