La caída de Siria en manos de los grupos yihadistas financiados por Turquía, EEUU e Israel ha sido un duro golpe en dos direcciones: 1) Al Eje de la Resistencia creado por Irán y que los unía con Siria, Hezbollah, Palestina, Yemen y las milicias pro-iraníes en Iraq y; 2) A la presencia rusa en el Mediterráneo.
Rusia directa al Mediterráneo
El interés de Rusia por el Mediterráneo no es actual, se remonta a varios siglos atrás. La expansión de Rusia hacia el Sur desde los siglos XVI al XX tuvo como principal obstáculo al Imperio Otomano y los restos que quedaron de él. Rusia consiguió llegar al Mar Negro después de derrotar en innumerables ocasiones- más de 10 guerras- a los otomanos y al imperio británico y francés que lo armaban porque veían peligrar su posición dominante en estas regiones.
El último conflicto entre Rusia y Turquía se resolvió con la disolución del Imperio Otomano y la Revolución de Octubre de 1917 que tumbó a los zares. Aun así, las relaciones entre ambos países no mejoraron. El país soviético tuvo que enfrentar numerosas incursiones en el Caúcaso por parte de movimientos armados entrenados y formados por turcos y británicos que buscaban controlar las cuencas petrolíferas que allí se encuentran.
La pérdida de las colonias por parte de británicos y franceses en el Mediterráneo trajo un escenario más favorable para los soviéticos, que siguieron en el punto de mira tanto de Francia y Gran Bretaña como del nuevo hegemón que emergía: EEUU. La formación del Estado de Israel obedece precisamente a que estas potencias necesitaban (y necesitan) un gendarme local- bien armado- que controle los movimientos insurrectos en sus antiguas colonias. Es decir, “que no se desvíen”.
La presencia ruso-soviética en el mundo árabe
Así, los nuevos países que cortaron con las metrópolis miraron con mucha simpatía el proyecto soviético y las relaciones entre las ex-colonias y la Unión Soviética no dejaron de mejorar. El mundo árabe e islámico se acercaba a la URSS: Argelia, Libia, Egipto, Siria, Iraq, Irán bajo el gobierno de Mohhamad Mossaddeq (1951-53), Indonesia y un sinfín de países subsaharianos que empezaban a cortar lazos con Inglaterra y Francia. La URSS mostró su apoyo a las luchas de liberación de estos pueblos mediante todo tipo de ayuda: comercial, militar, diplomática, académica, etc.
En el caso sirio que es el que nos ocupa, la derrota del gobierno Baaz no es sólo la caída del único gobierno laico de Oriente Medio que todavía se mantenía en pie desde la descolonización: es un golpe a la presencia rusa que todavía quedaba desde la época de la URSS y que no se había disuelto, ni siquiera durante la caída del bloque soviético en 1991. Poner fin a la presencia de Rusia en el Mediterráneo es poner fin a una larga tradición de lucha de los pueblos árabes por su liberación de sus antiguas metrópolis.
Argelia: el substituto de Siria
A tenor de estos días, aparentemente las bases rusas en Tartús y Jmeimim (Siria) no van a ser atacadas por las milicias yihadistas, pero evidentemente la seguridad con la que ésto se puede afirmar es bastante relativa. Pero si los rusos se marchan de Siria, su interés por el Mediterráneo continuará como ha venido ocurriendo.
Si echamos un vistazo al Mediterráneo, el único país que puede aceptar unas condiciones similares es Argelia. Ninguno de los otros países del norte de África puede facilitar unas condiciones tan favorables como las que puede ofrecer el país norteafricano: ni Egipto con un gobierno sometido a Israel y EEUU, ni Libia que no puede proporcionar la seguridad necesaria para el establecimiento de estas bases, ni Túnez, ni tampoco Marruecos por las mismas razones que Egipto. El único candidato que queda es Argelia.
El establecimiento de bases militares rusas en Argelia pondría en serio peligro la seguridad del conglomerado de la OTAN en el Sur de Europa, al colocar una base rusa a menos de 250 km de las costas de la OTAN y que podría ejercer un control efectivo sobre el paso del Estrecho de Gibraltar.
Y es que ésto no son simples conjeturas. La ayuda material y militar de Rusia a Argelia se remonta a la independencia del país árabe en 1962.
Desde 2017, el ejército argelino participa de maniobras periódicas con el ejército ruso. En 2021, el ejército argelino realizó maniobras en Osetia del Norte con el objetivo de «aumentar la disponibilidad de órganos directivos, fuerzas y medios para luchar contra el terrorismo». En octubre de 2022, la Marina Rusa llevó a cabo ejercicios conjuntos con su homóloga argelina y dos meses después llevaron a cabo maniobras de tierra frente a la frontera marroquí. En la prensa española, han generado temor las declaraciones de Alexander Mikheev, jefe de Rosoboronexport, que afirmó que ya había compradores del caza ruso de quinta generación Su-57 (que no tiene equivalente entre los países occidentales) y que el primer comprador sea el gobierno argelino.
Recientemente Argelia retiró su candidatura al BRICS debido a la política de bloqueo que ejercieron tanto Egipto como Emiratos Árabes Unidos, pero desde el gobierno argelino matizaron que esta posición no les impedirá continuar en su política de apoyo a la descolonización y su lucha contra Occidente. Los encuentros y las relaciones entre el gobierno argelino y ruso no han parado de crecer en los últimos años.
El pasado octubre, el vicepresidente de la Duma Vladislav Badankov visitaba Argel para la firma de la Declaración de Asociación Estratégica entre Argelia y Rusia. En palabras del presidente de la Asamblea Popular Nacional de Argelia Brahim Boughali, el acuerdo estratégico servirá de base para «el desarrollo y fortalecimiento de las relaciones entre los dos países en diversos campos, incluidos el económico, el académico y el cultural». Según el portar Rybar, la distancia que hay entre Rusia y Argelia impide llevar material militar por vía aérea: los aviones militares rusos de carga pueden viajar de forma directa pero yendo vacíos. Pero este problema se puede suplir mediante el transporte naval, aunque el transporte por vía marítima del material militar conlleve más tiempo.
El gobierno ruso y el nuevo orden multipolar todavía tienen oportunidades de dar la vuelta a la sartén y asestar un golpe aún más duro a Occidente, reforzando aún más la presencia rusa en África.
Fuente:
Ennaharonline.com
Ministerio de Defensa ruso
La Razón
Mpr21.info