El asesinato del general Kirillov y su asistente Polikarpov en Moscú vuelve a demostrar que en una guerra todo está permitido. Se acabó el “ius in bello” y se acabaron las reglas… pero para todos.
Kirillov es el oficial militar ruso de mayor rango asesinado desde que comenzó la Guerra de Ucrania hace tres años y, como ese tipo de atentados en Rusia han sido dirigidos por el MI6, el servicio seceto británico, es lógico que la prensa se haya volcado en apoyarlo, un caso evidente de apología del terrorismo, que hasta ahora era delito en el derecho internacional.
Es necesario destacarlo en un momento en el que la policía británica viene criminalizando como “apología del terrorismo” las muestras de apoyo a los palestinos en las calles.
Veamos algunos ejemplos de terrorismo periódístico.
El Daily Telegraph publicó un artículo de opinión de Hamish de Bretton-Gordon con el siguiente titular: “Kirillov, el hombre de confianza de Putin a cargo de las armas químicas, era un hombre verdaderamente malvado. Merecía morir”.
En el Guardian se olvidan de los libros de estilo periodísticos para felicitar a los asesinos del servicio de inteligencia ucraniano (SBU) por su éxito, añadiendo que “la central se está ganando reputación como una entidad que practica su propia forma de brutal sistema de justicia extrajudicial. Es una forma de venganza repentina y expedita, como si viniera del cielo”.
Para la BBC Kirillov era un “notorio portavoz de desinformación del Kremlin”, una justificación implícita para asesinarlo y el consejo editorial del London Times declaró al general Kirillov “objetivo legítimo” para un asesinato.
Finian Cunningham https://strategic-culture.su/news/2024/12/19/british-media-gloating-betrays-masterminds-behind-kirillov-killing/