Alemania quiere llevar los coches térmicos al desgüace en 2035

El canciller Olaf Scholz aclaró la posición de Alemania sobre el final de los coches térmicos en 2035, en favor de los vehículos eléctricos, a pesar de una oposición popular cada vez más amplia.

En las elecciones europeas varios candidatos han cuestionado el plazo de 2035 para los coches térmicos, pero Scholz afirmó con contundencia: “Querer volver ahora no es sólo poner en peligro todo lo que ya se ha logrado, es también poner en peligro nuestra éxito futuro, nuestra prosperidad futura como país industrial”.

Como se ve, la posición de Scholz es contundente y veremos cuánto tiempo tarda en cambiarla.

Durante un discurso en la sede de Opel, el Canciller reiteró su apoyo al desarrollo de los coches eléctricos, pilar central para el futuro de la industria automovilística alemana y europea.

El Canciller aprovechó su intervención para recordar que los fabricantes europeos han realizado avances importantes, que han desarrollado rápidamente sus gamas de vehículos eléctricos. Subrayó que incluso las empresas que antes se resistían a prohibir los motores de combustión interna están ahora dispuestas a cumplir el objetivo de 2035. Luca de Meo, jefe de Renault, y Vincent Salimon, director de BMW Francia, expresaron su confianza en esta transición, señalando que el 25 por cien de los vehículos de BMW. Las ventas actuales ya son de vehículos eléctricos.

A pesar de estos avances, los fabricantes de automóviles siguen preocupados por el debilitamiento de las ventas de vehículos eléctricos en Europa. Tras un periodo de crecimiento meteórico, las ventas se han estancado en los últimos meses. Según la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), el 13 por cien de los coches matriculados en marzo eran eléctricos, una ligera mejora respecto a febrero, pero inferior al 14,6 por cien de todo 2023.

La situación es especialmente difícil en Alemania, donde el fin de las subvenciones públicas a la compra de vehículos eléctricos en diciembre de 2023 provocó una caída repentina de las ventas. La decisión corre el riesgo de comprometer el objetivo del gobierno de poner 15 millones de coches eléctricos en las carreteras para 2030.

Al mismo tiempo, Scholz advirtió sobre los peligros del proteccionismo y pidió una competencia libre y abierta en los mercados internacionales. “El proteccionismo, la compartimentación y las barreras aduaneras irregulares sólo encarecen todo y nos empobrecen juntos”, afirmó. Esta postura forma parte del debate actual en el seno de la Unión Europea, que prevé reforzar las barreras aduaneras para contrarrestar la importación masiva de vehículos chinos.

El discurso de Scholz destacó que el futuro de la industria automovilística europea depende de la capacidad de mantener el rumbo hacia la movilidad eléctrica, evitando al mismo tiempo los peligros del proteccionismo y la nostalgia por las tecnologías obsoletas.

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