Alemania conmemora el 75 aniversario de la Conferencia de Potsdam con una reconstrucción de la historia

Alemania está conmemorando el 75 aniversario de la Conferencia de Potsdam, que dibujó los contornos del mundo de la posguerra, con una exposición en la que ha invitado a Rusia a participar.

La Conferencia reunió en Berlín del 17 de julio al 2 de agosto de 1945 a los tres aliados vencedores de la Segunda Guerra Mundial representados por el Primer Ministro británico Clement Attlee, que sucedió a Churchill, Harry Truman, que sucedió a Franklin Roosevelt, y Stalin.

En aquel momento Estados Unidos estaba en una posición de fuerza desde el lanzamiento de dos bombas atómica sobre Japón y el acuerdo que se había mantenido durante una parte de la guerra empezaba a desaparecer.

A causa de ello, la mayor parte de las conversaciones fueron un tira y afloja entre Truman y Stalin que condujeron al fracaso de la política común y, en definitiva, a la Guerra Fría.

75 años después, la Fundación de los Palacios y Jardines Prusianos de Berlín-Brandenburgo organizó una exposición de lo que denomina como “los fatídicos días del verano del 45”.

La exposición pretende ser “objetiva y no ideológica”, según sus propias palabras. Por ello los organizadores se pusieron en contactó con el gobierno ruso para que aportara objetos históricos a la exposición. El Ministerio de Cultura de Rusia, entre otras cosas, ofreció las pertenencias personales de Stalin, los uniformes de los participantes en la Conferencia, documentos de la época y objetos de la vida durante la guerra.

Todo fue bien hasta que los organizadores empezaron a escribir las anotaciones que debían acompañar a los objetos aportados por Rusia. Medinsky, antiguo ministro de Cultura y asesor de Putin, explicó que la presentación de los hechos era tan distorsionada y degradante que se trataba de un nuevo intento de falsificar la historia.

Un ejemplo, planteado por Stanislav Davydov del Museo de la Victoria, fue el tópico de que “Stalin era el único dirigente y aseguró su poder con la ayuda de la policía secreta”.

Naturalmente, las expresiones “único dirigente” y “policía secreta” no existían en tiempos de la URSS, pero entre los imperialistas es un cliché que tiene que aparecer siempre por todas partes.

El organizador de la exposición reivindicó ante los medios de comunicación una visión de la historia diferente a la que existía en la URSS y de la que existe hoy en la Rusia actual, lo que tiene muy poco que ver con la “objetividad” y la “desideologización” de la que trataban de alardear.

En fin, 75 años después el imperialismo sigue empeñado en reescribir la historia, sustituyendo los hechos con nuevas palabras.

comentarios

  1. Tengo que decir que no me gusta el nuevo diseño para telefonos móviles. pero bueno, será que hay más lectores con tf que con pc. Hay letras que no se ven y se han perdido enlaces a páginas de internet interesantes. Como cuestión de gustos

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