Nadie se privó de largar lo que le dio la gana, y más. El alcalde de Verviers, Muriel Targnion, aseguró que se tomaba el vídeo muy en serio y que tomarían medidas. (Los políticos son como los sastres: se pasan el día tomando medidas…)
El vídeo se publicó con la correspondiente traducción del árabe en subtítulos para que a los espectadores no les quedaran dudas de las intenciones de los mulsulmanes de matar a todos los cristianos. “¡Oh Alá! ¡Aniquila a los odiosos cristianos!”, “¡Mátalos a todos!, ¡no dejes ni uno!”
El alcalde dijo que se había puesto en contacto con la policía, que el joven era peligroso, que había que detenerle… Si, en efecto, hay que detener algo y a alguien; de eso no cabe duda, pero ¿qué exactamente?
Todo el mundo pasó por alto, como que no se habían dado cuenta, de que el primero en divulgar el vídeo había sido el sitio Memri, que tiene su sede en Washington y está dirigido por el israelí Yigal Carmon, un antiguo coronel del Mosad que, por cierto, siempre se ha declarado partidario de torturar a los palestinos detenidos.
Tras levantar el escándalo, la web desapareció temporalmente y ahora se puede volver a ver en este enlace:
En cualquier caso, tomen nota nuestros lectores del interés que tienen los israelíes por denunciar la persecución de que son objeto los cristianos, incluso en la misma Europa.
Estamos de acuerdo en que hay que detener algo y a alguien: a quienes han echado a rodar a los cuatros vientos esta sórdida maquinaria de intoxicación, bulos y calumnias, y a quienes se hacen eco de ellas: “¡Dios! ¡Mata a todos los farsantes, charlatanes y mentirosos!”