En París, de las 214 comparecencias inmediatas, se dictaron 26 sentencias firmes de prisión con una orden de detención, lo que significa que los condenados fueron encarcelados directamente. En las otras regiones, se registraron 483 comparecencias inmediatas con 190 órdenes de detención. Aún están programados cientos de juicios para las próximas semanas.
Entre los condenados a penas de prisión se encuentra el videógrafo Stéphane Trouille. Fue detenido, junto con otras tres personas, durante la movilización de los “chalecos amarillos” en Valence el 8 de diciembre, acusado de “violencia en reuniones contra una autoridad pública”. Los cuatro afirman no conocerse y no tener antecedentes penales.
Antes del juicio ¡Basta! había transmitido el testimonio de sus familias. El 26 de diciembre se dictó sentencia: Stéphane Trouille fue condenado a 18 meses de prisión, seis de los cuales fueron suspendidos. Los otros tres fueron sentenciados respectivamente a doce meses, seis de los cuales fueron suspendidos para Tom, diez meses, seis de los cuales fueron suspendidos para Dylan, y nueve meses, seis de los cuales fueron suspendidos para María. A los cuatro se les prohíbe manifestarse durante tres años.
El 2 de enero Le Canard Enchainé relató su caso: “Un hombre reduce a otro en el suelo y los chalecos amarillos se agolpan. Un individuo se interpone en el camino. Intervienen, intercambian algunos golpes con los dos sin chaleco. Mala suerte, eran dos policías de paisano. El que está en tierra es el director del departamento y el otro es su chófer. ¿Eran visibles sus brazaletes de policía? En el vídeo mostrado en el juicio es obvio que no”.
En una carta publicada al día siguiente de la sentencia, Stéphane Trouille escribió: “Durante toda esta escena, que dura unos 22 segundos, nunca oí a los agentes de policía identificarse y nunca vi su brazalete, al menos discreto y difícil de detectar. Así que SÍ, usé la violencia contra un individuo, para proteger a los chalecos amarillos, para ahuyentar a las personas que había identificado como agresores. No, no lo hice, no ‘rompimos’ al policía, le ‘soplamos’ al policía, ‘a la mierda con el policía’, ya que los medios de comunicación lo han estado golpeando desde que se dictó el fallo, en gran medida utilizando las dramáticas palabras del fiscal”.
En cuanto a María, una militante comunista de Drôme, se le acusa de apoderarse del sombrero del comisario. Según L’Humanité, lo hizo, se defendió, para “desviar su atención para que no sacara su arma”. “Nunca he golpeado a nadie antes”. Según su abogado, el contexto nacional ha jugado en estas duras sentencias. Como señala el encadenado Duck, el fiscal también ha hecho conexiones con escenas de violencia vistas en París.
El Ministro de Justicia envió a los fiscales una circular, fechada el 22 de noviembre, sobre el “tratamiento judicial de los delitos cometidos en relación con el movimiento de protesta conocido como ‘los chalecos amarillos’”. En particular, se propone aumentar las penas impuestas añadiendo la “prohibición de participar en manifestaciones en la vía pública […] durante un período no superior a tres años”. Las instrucciones de gran dureza que parecen haber sido seguidas al pie de la letra por el Tribunal de Segunda Instance de la Drôme.
Stéphane Trouille ha decidido apelar la decisión, que considera “totalmente desproporcionada con respecto a los hechos reales, sin tener en cuenta los alegatos de la defensa a pesar de las cuatro horas de audiencia. Es difícil no considerarla como una sanción, por ejemplo, para sofocar el fervor y los desafíos actuales contra el Estado y las políticas seguidas por el gobierno”, deplora. A la espera de este juicio, está previsto un festival en apoyo de los cuatro acusados de Valence del 11 al 13 de enero en Saillans.
En cuanto a Eric Drouet, será juzgado el 15 de febrero por “organizar una manifestación sin aviso previo”. Le piden una pena de hasta seis meses de prisión y una multa de 7.500 euros.
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