“La Fed pasa al BCE la patata caliente de la lucha contra la amenaza del coronavirus”
En efecto, es verdad: nos toman por idiotas; creen que los demás tienen la cabeza llena de su misma basura.
La crisis económica es tan mundial como la epidemia y las bolsas mundiales caen a causa de ella. El jueves Wall Street cayó un 3 por ciento. ¿Por qué? Por el coronavirus…
Los tipos de interés del mercado de bonos también cayeron. El rendimiento de los bonos del Tesoro a 30 años cayó a un mínimo histórico del 1,55 por ciento. ¿Por qué? Por el coronavirus, naturalmente.
Afortunadamente, el Financial Times tiene otro punto de vista y habla de una “espiral de deuda mundial”, lo cual es cierto. Pero a la espiral hay que ponerle cifras, que son espectaculares: hoy la deuda mundial asciende a 235 billones de dólares.
El Instituto de Finanzas Internacionales calcula que la relación entre la deuda mundial y el producto interno bruto mundial ha alcanzado un nivel sin precedentes de más del 332 por ciento.
La disminución de los rendimientos de los bonos del Tesoro indica que los especuladores están a la busca de un refugio que disminuya los estragos de la marejada inminente.
Desde 2008 la acumulación de deuda no se concentra en la banca sino en la industria. Pero cuando llegue la marejada, los Estados burgueses querrán rescatar a ambos (empresas y bancos) y no tendrán ninguna posibilidad de hacerlo.
Hoy la crisis es mucho más seria que hace 12 años. Entonces se originó en los mercados de la vivienda y las hipotecas y ahora se centra en los préstamos a las empresas o sea, en la industria y las finanzas simultáneamente.
Según la OCDE a finales del año pasado, los bonos de empresas no financieras alcanzaron un nivel récord de 13,5 billones de dólares, el doble que en 2008. El aumento fue más pronunciado en Estados Unidos, donde la Reserva Federal estima que la deuda de las empresas se duplicó. Pasó de 3,3 billones de dólares antes de la crisis financiera a 6,5 billones de dólares el año pasado.
La mayor parte de la deuda que han asumido las empresas no se ha utilizado para renovar el capital fijo, sino para financiar fusiones y adquisiciones, así como recompras de acciones para impulsar las cotizaciones del mercado de valores.
Los bancos no van a quedar inmunizados por el aumento de los impagos de los préstamos bancarios y una disminución del valor de las garantías en el sistema bancario.
Los especuladores van a empezar a soltar lastre, vendiendo en un mercado que está en declive.