Tras un período de amargas diferencias entre Estados Unidos y Turquía, Ankara “ha vuelto a ganarse su plena confianza y volverá a promover los intereses estadounidenses en Oriente Medio”, añade Sabi.
“Las políticas regionales de Ankara y Washington persiguen los mismos objetivos y pretenden fragmentar a Siria e Irak”, continuó el experto.
Es probable que Erdogan utilice el acuerdo con Estados Unidos para trasladar a los grupos yihadistas bajo su control, que actualmente están siendo retirados de la zona de desescalada de Idlib, a la orilla oriental del río Éufrates.
Sabi opina que la retirada de las tropas estadounidenses es un desastre para las Fuerzas Democráticas Sirias y espera que una escisión dentro de ellas desencadene finalmente una guerra entre árabes y kurdos en el este de Siria.
“En esta la situación, los grupos kurdos sólo tendrán una oportunidad para evitar un cara a cara con las tropas turcas: unirse al gobierno sirio y rechazar los planes para crear una federación en Siria”, según Sabi.
En su opinión, hay que descartar por completo una alianza entre Ankara y Damasco para contrarrestar a los kurdos.
“El presidente sirio Bashar Asad nunca concluirá un acuerdo con Erdogan, a quien considera el principal culpable del derramamiento de sangre en suelo sirio”, dijo Sabi, quien apunta que Assad “no confía en Erdogan, porque conoce sus vínculos con los fundamentalistas de la Hermandad Musulmana, que fueron los principales impulsores del llamado proyecto de la Primavera Árabe”.
Tras el anuncio de la retirada de las tropas estadounidenses de Siria, el ministro de Defensa de Estados Unidos, el general James Mattis, dimitió por no estar de acuerdo con la medida.
A pesar del anuncio, el Pentágono ha enviado decenas de camiones cargados de armas y municiones al este del río Éufrates, según informa el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Además, está construyendo una nueva base militar en Deir Ezzor, según dicho Observatorio.
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