La militarización de Europa del Este tras la disolución del Tratado de Varsovia es un hecho. Los diseños agresivos de Washington quedaron demostrados en el proceso de destrucción de Yugoslavia. Los planes de Estados Unidos y sus satélites de la OTAN para esclavizar a Ucrania no deben realizarse. Estos planes agresivos crean amenazas críticas para la seguridad de Rusia. Al mismo tiempo, contradicen abiertamente los intereses del pueblo ucraniano.
Estados Unidos busca aumentar sus ventajas competitivas en el mundo global a toda costa. No lo disuade el hecho de que las sanciones contra Rusia, el torpedeo de Nord Stream-2 y la amenaza de guerra en Europa supongan grandes pérdidas económicas para los países de la Eurozona.
Es particularmente importante que los pueblos del mundo tomen conciencia de la naturaleza aventurera de la política de Washington y recuerden la experiencia de amplios movimientos contra la guerra. El desarrollo de tal movimiento garantizaría la solidaridad con los pueblos amantes de la paz de Rusia y Ucrania y protegería su derecho al desarrollo independiente.
El PCFR urge la necesidad de desmantelar los resultados de muchos años de esfuerzos para Banderizar Ucrania. La política real en su territorio está dictada en muchos sentidos por nacionalistas rabiosos. Aterrorizan al pueblo ucraniano e imponen a las autoridades un curso político agresivo. Al ceder a esta presión, Zelensky traicionó los intereses de sus conciudadanos que lo habían elegido como presidente de paz en Donbass y que apostaban por relaciones de buena vecindad con Rusia.
En la situación en que la Federación Rusa ha tomado una posición en defensa de la gente de Donbass, es necesario brindar toda la ayuda posible a los refugiados y la población civil de Donetsk y Lugansk. Hacemos un llamado a nuestra sociedad para que les brinde todo el auxilio y apoyo necesarios.
Obligar a los provocadores de Kiev a establecer la paz y restringir la agresividad de la OTAN se ha convertido en la apuesta del momento. Sólo la desmilitarización y la desnazificación de Ucrania pueden garantizar una seguridad duradera para los pueblos de Rusia, Ucrania y toda Europa. Consideramos importante hacer un amplio uso de los métodos de la diplomacia popular y la cooperación humanitaria para proteger la paz y prevenir el resurgimiento del fascismo.
La posición estratégica del PCFR es bien conocida: la principal garantía de la paz, el esfuerzo creativo y el desarrollo es avanzar por el camino del progreso social y la justicia social, el camino del socialismo.
En mi opinión, el imperio yanki está acabado, porque lo está el sistema económico capitalista que lo sustenta. Al igual que el imperio Qing ( manchú ) en su época, trata de protegerse de la sangría económica, por imposibilidad de competir, cerrándose al comercio con el exterior. Queda por ver si va a ser desmantelado y repartido por partes sucesivamente como lo fue el imperio turco ( Argelia, Túnez, Egipto, Kuwait, Balcanes) o de una patada en el culo en sus estertores ( España 1898 ). Lo que está claro es que se van a resistir a ceder su hegemonía, pero afortunadamente esta pandilla de nazis explotadores asquerosos, por motivos industriales, de recursos, demográficos e incluso tecnológicos, no pueden dar una solución militar a sus problemas económicos. Parece que vamos hacia un desmantelamiento por partes, lo estamos viendo con el caso de Siria, Mali y República Centroafricana, que han preferido el paraguas político, militar y económico de Rusia. Otro tanto ocurre con Pakistán y el este africano con respecto a China. Países como Argentina, no consiguen zafarse de la dominación estadounidense, pero lo que está claro es que conforme se deteriore la situación económica en EEUU, EEUU tendrá que estrujar aún más a su periferia, y esto creará enormes contradicciones entre EEUU y unas burguesías locales a las cuales cada vez les saldrá menos a cuenta estar dentro de la zona dólar.
Es impresionante ver cómo le ha dado la vuelta a la tortilla, a nivel propagandístico, la OTAN, haciendo parecer al agresor como agredido, y al agredido como agresor.