Un grupo de piratas informáticos vinculados al gobierno iraní intentaron penetrar en las direcciones de correo electrónico de un equipo de la campaña presidencial de Estados Unidos, funcionarios del gobierno y periodistas entre agosto y septiembre, según reveló Microsoft el viernes.Durante el período de un mes, el centro de ciberseguridad del monopolio tecnológico estadounidense observó que en más de 2.700 ocasiones el grupo intentó identificar correos electrónicos pertenecientes a usuarios de Microsoft y luego atacar 241 de estas cuentas, dijo Tom Burt, vicepresidente a cargo de la seguridad en un comunicado.
Microsoft considera que el grupo procede de Irán y está vinculado al gobierno. “Las cuentas específicas están asociadas a un equipo de campaña presidencial estadounidense, funcionarios y ex funcionarios del gobierno, periodistas que cubren las relaciones políticas internacionales y conocidos iraníes que viven fuera de su país”, asegura Burt.
Al final, sólo se expusieron los datos de cuatro cuentas, ninguna de las cuales estaba relacionada con el equipo de campaña política o el gobierno, dice el monopolio informático.
Los expertos en amenazas digitales de Microsoft creen que incluso si estos ataques no fueran técnicamente sofisticados, el grupo de piratas está altamente motivado y es capaz de invertir recursos significativos para lograr sus objetivos.
Los piratas buscaron y encontraron datos personales (como correos electrónicos) en un intento de recuperar más datos confidenciales.
La empresa que diseñó el sistema operativo Windows, que sigue dominando ampliamente en los ordenadores de todo el mundo, dice que revela estos ataques en un esfuerzo por ser transparente sobre los “intentos de perturbar los procesos democráticos” y para “animar a todo el mundo a ser más vigilante y a protegerse a sí mismos” contra este tipo de riesgo.
Lo que Microsoft no dice es que son ellos mismos quienes espían a los usuarios de Windows, que entregan los datos a su propio gobierno y que la mejor manera de que los usuarios preserven su intimidad es abandonar dicho sistema operativo.
Washington está enfrentado a Teherán desde que la revolución de 1979 que derrocó a la monarquía. El año pasado Estados Unidos se retiró unilateralmente del acuerdo sobre energía nuclear que había firmado en 2015, restableciendo las sanciones económicas contra Irán.
Las elecciones presidenciales de Estados Unidos se vuelven a calentar con la tontería de las “injerencias extranjeras”. Hace tres años el Partido Demócrata ya lanzó una campaña de intoxicación sobre unas fantasmagóricas relaciones del “candidato manchú” (Trump) con Moscú.
Es muy posible que ahora tengamos que soportar otra igual con Irán. Pura guerra sicológica…
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