Estados Unidos ha decidido lanzar ataques contra instalaciones militares dentro de Venezuela que podrían comenzar en unos días, o incluso en unas horas, por vía aérea, con el objetivo de destruir bases aéreas militares y puertos, según el Miami Herald.
El periódico se niega a decir si Maduro es, en sí mismo, un objetivo de los ataques. No obstante, su tiempo “está contado”, dice el periódico. “Maduro está a punto de quedar atrapado y pronto podría descubrir que no puede huir del país aunque así lo decida”.
Hay más de un general “dispuesto a capturarlo y entregarlo, plenamente consciente de que una cosa es hablar de la muerte, y otra verla llegar”, dice este medio.
Por su parte, el senador Lindsey Graham asegura que Estados Unidos está listo para lanzar una guerra a gran escala contra Venezuela, alegando que puede hacerlo sin la aprobación del Congreso. Afirma que Estados Unidos tiene derecho a hundir cualquier barco en cualquier momento en nombre de la “seguridad nacional”.
Graham advierte que Maduro debe abandonar Venezuela o va a ser derrocado por la fuerza.
Ante estas amenazas, el presidente venezolano ha solicitado por carta a Rusia, China e Irán reforzar sus capacidades militares y pedir ayuda, reclamando radares defensivos, reparaciones de aviones y potencialmente misiles, según el Washington Post.
La carta de Maduro está dirigida a Putin y debía ser entregada por un alto asesor este mes durante una visita a la capital rusa. Se está redactando una carta similar para Xi Jinping con el fin de buscar una “cooperación militar ampliada” entre ambos países para contrarrestar la escalada de Estados Unidos en el Caribe.
El ministro de Transportes, Ramón Celestino Velásquez, también ha coordinado recientemente un envío de equipos militares y drones procedentes de Irán, mientras planea una visita a aquel país, indicando a un dirigente iraní que necesitan “equipos de detección pasiva” así como bloqueadores GPS y drones con un alcance de mil kilometros.
El domingo de la semana pasada un Ilyushin Il-76, uno de los aviones rusos sancionados en 2023 por Estados Unidos por su participación en el comercio de armas y el transporte de tropas, llegó a Caracas por una ruta desviada sobre África para evitar el espacio aéreo occidental, según Flightradar24.