Haspel de 60 años de edad tuvo un papel central en el programa extrajudicial llevado a cabo por Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
De acuerdo con el portal Web The Intercept, Haspel también dirigió uno de los centros de detención clandestinos, conocidos como los Black Sites, en Tailandia, donde trató de destruir grabaciones de vídeo de las sesiones de torturas.
La ahora número dos de la CIA fue la jefa de personal de José Rodríguez, quien encabezó el Centro de Contraterrorismo de la CIA.
El nombramiento de Haspel planteó preocupaciones sobre el reinicio del uso de tortura por parte de la CIA para obtener información de los detenidos.
Por su parte, el jefe de la CIA, Mike Pompeo, también se mostró a favor del uso de la torturas como método para acceder a informaciones de alta importancia.
En esta línea Donald Trump en su primera entrevista como presidente con ABC News declaró que piensa reestablecer el waterboarding, asegurando que no ve con malos ojos el uso de torturas.