La RAND Corporation, una entidad «sin ánimo de lucro» al servicio de la política exterior de Estados Unidos publicó una guía estratégica para 2019 que se propuso «explotar las tensiones armenio-azeríes» para «extenderlas a Rusia».
El documento, titulado «Extending Russia«, enumera muchas opciones que Estados Unidos lleva intentando ejecutar desde décadas atrás, asumiendo inclusive la responsabilidad en las dos guerras de Chechenia durante los años 90.
La publicación dedica su capítulo cuarto específicamente a Azerbaiyán y Armenia, donde explica una serie de “Medidas geopolíticas” que según la RAND deben ser tenidos en cuenta en los próximos años:
«Este capítulo describe seis posibles movimientos estadounidenses en la competencia geopolítica actual: proporcionar armas letales a Ucrania, reanudar el apoyo a los rebeldes sirios, promover el cambio de régimen en Bielorrusia, explotar las tensiones armenias y azeríes, intensificar la atención en Asia Central y aislar Transnistria (un enclave ocupado por Rusia dentro de Moldavia)«.
También refiere el documento que «Hay otros posibles movimientos geopolíticos discutidos, incluyendo
la intensificación de la relación de la OTAN con Suecia y Finlandia, presionando los reclamos de Rusia en el Ártico y el control de los intentos de Rusia de expandir su influencia en Asia«.
Los analistas norteamericanos desglosan su intención de prolongar indefinidamente la guerra de Ucrania, con el fin de provocar dentro de Rusia una situación de hartazgo similar a la que padeció la Unión Soviética durante la Guerra de Afganistán. La tesis también vale, según el informe, para la cooperación rusa en Siria.
Además, el grupo también pone especial enfasis en el derrocamiento del gobierno de Bielorrusia y en especial contra Alexander Lukashenko, de quien vacilan entre la «cooptación» por parte de Occidente o el derrocamiento puro, ya que incluyen en su análisis, y no sin cierta decepción de los redactores, de encuestas sobre la gran popularidad del líder bielorruso y los niveles de bienestar social alcanzados en el país.
Otro de los capítulos se centra en Asia central, «la zona más sensible para Rusia», ya que la ocupación por parte de la OTAN de la zona que rodea al Mar Caspio sería una fuente gigantesca de gas y petróleo. La apuesta más fuerte de la RAND es desestabilizar Armenia, obligándola a romper sus lazos con Rusia, y establecer en Armenia, Azerbaiyán y Georgia una plataforma estratégica de desgaste, asumiendo el riesgo de que el gobierno ruso responda militarmente.
El documento, que no se anda con tapujos, describe a las claras qué zonas van a ser las explotadas militarmente en Europa en los próximos años, por parte tanto de la OTAN como de la Unión Europea.
Fuente: RAND Corporation