El anciano se convierte en un okupa de su propia casa. ¿Por cuánto tiempo? Él querrá vivir lo suficiente como para gastarse el dinero, mientras que la empresa quiere lo contrario: que se muera cuanto antes para poder revender la casa. Si al morir el viejo el precio de la vivienda ha subido, el negocio es todavía más sustancioso.
El mercado va viento en popa porque en las grandes metrópolis capitalistas hay cada vez más viejos con pensiones cada vez más bajas. En esas condiciones, gastarse el dinero de su casa es una tentación para los ancianos.
El capitalismo no deja tranquilo a nadie, ni siquiera a los viejos. Hay que agobiarles hasta que se mueran, convertir su muerte en mercancía. Este tipo de empresas son un híbrido entre lo peor del ladrillo y la especulación inmobiliaria y lo peor de los fondos buitre y las finanzas. Realmente asqueroso.
El miércoles Almagro Capital entró en el Mercado Alternativo de Inversiones, una bolsa del mercado secundario. Para determinar el valor de sus activos, los especuladores han calculado el tiempo que tardará cada viejo en palmarla.
La estimación de la muerte de los ancianos está entre la documentación que hay que presentar a la bolsa para que sus acciones se puedan cotizar y oscila entre 4,3 años para el okupa de más edad y 15,5 años para el más joven. Para realizar este cálculo, la financiera se basa en las estimaciones del Instituto Nacional de Estadística sobre la esperanza de vida.
Los ancianos que viven demasiado son una fuente de pérdidas para la financiera. Si tardan en palmarla hay un remedio: revender la vivienda a otro especulador que acepte las mismas condiciones, es decir, con el okupa dentro.
El chollo va viento en popa. Almagro Capital tiene previsto salir Madrid y diversificar sus okupas en función de la edad y el barrio. La empresa se creó en 2017 y hace tan sólo dos meses se transformó en una Socimi (sociedad de inversión inmobiliaria cotizada). Su principal accionista es Alcor Sociedad Estratégica, que posee cerca del 13 por ciento del capital.
Socialismo o Barbarie, como dijo Rosa Luxemburgo, o como escribió Marx en El Capital, el capitalismo viene al mundo chorreando sangre y lodo, por todos los poros, desde los pies a la cabeza. El capitalismo está en capilla, pero sigue dando coletazos mortales antes de morir, siempre necesita sangre para vivir y de cualquier grupo, está sediento, como siempre, no tiene formula para salir de las crisis que producen, solamente a través de saqueos, expolios, crimenes, droga, idiotizando a pueblos, y como ahora, querer robar el petroleo y todos sus recursos naturales a Venezuela a través de golpe de estado ilegal y seguir poniendo gobiernos titeres e idiotas como el tal marioneta Juan Guaidó, así es el capitalismo, el que atonta y narcotiza a la sociedad con el sonsumo y el deporte del capital. Esperemos que la conciencia (sana) comunista (limpia) de basura totskista y demás nos unamos en santa alianza para hacer fuerza de choque y una política de resistencia en la que podamos romar el cielo por asalto.