Desde el 10 de enero una ola de frío polar ha llegado a Afganistán con consecuencias dramáticas. Según el Ministerio de Gestión de Desastres, al menos 104 personas han muerto desde que las temperaturas comenzaron a caer.
Se teme que la pérdida de vidas por el frío sea bastante mayor, debido a la falta de registros oficiales en algunas provincias. Los cálculos también estiman que han muerto unas 70.000 reses, un bien vital para la población.
Pero en todo el mundo lo que mata en realidad no es tanto el frío como la pobreza. En Afganistán muchas personas con ingresos reducidos no pueden permitirse comprar leña y carbón durante el invierno.
“Este invierno es, con diferencia, el más frío de los últimos años”, ha declarado Mohammad Nasim Muradi, jefe del servicio meteorológico afgano. “Esperamos que la ola de frío continúe durante otra semana o más”, advirtió.
La región central de Ghor registró las temperaturas más bajas: -33 C° durante el fin de semana de mediados de enero.
En el campo las familias sin hogar se acurrucan alrededor de hogueras, mientras que en Kabul los más afortunados se reúnen en torno a las tradicionales cocinas de carbón.
En la provincia de Herat la semana pasada recogieron los cadáveres de 45 toxicómanos de la calle que murieron de hipotermia. Hay unos 7.000 drogadictos que viven en las calles de la provincia. La policía ha tenido que sacar de ellas a 3.500 de ellos para llevarlos a albergues.
En varias provincias del centro y del norte, las fuertes nevadas han provocado cortes de carretera. La ola de frío se ha sumado a los numerosos retos a los que se enfrenta el país.
El gobierno talibán ha intentado socorrer a más de un millón de personas en todo el país, según la agencia Associated Press, pero la economía ha quedado muy maltrecha por décadas de guerra y, además, se ha visto sumida en una crisis tras el corte de miles de millones de dólares en ayuda internacional desde agosto de 2021.
Las ONG ya no envían tampoco ayuda por la discriminación impuesta a las mujeres por el gobierno de Kabul. Para ese tipo de movimientos es preferible la muerte por hambre o por frío que la discriminación.