Congo Brazaville, con un importante potencial petrolero, está intensificando sus esfuerzos para maximizar la explotación de sus recursos con el apoyo de socios internacionales. Entre estos aliados, Rusia desempeña un papel clave. El 16 de septiembre el gobierno ruso confirmó su apoyo a la construcción de un oleoducto que unirá Pointe-Noire con Brazzaville, en el marco de una asociación entre ZNGS Prometey y la Sociedad Nacional de Petróleos del Congo (SNPC).
Este ambicioso proyecto estimulará la producción y distribución de productos petrolíferos, satisfaciendo así la creciente demanda en todo el territorio congoleño. El oleoducto fortalecerá la infraestructura energética del país al facilitar la entrega de petróleo crudo, al tiempo que respaldará las ambiciones del Congo de mejorar la seguridad energética y atraer más inversión extranjera.
ZNGS Prometey (Zakneftegazstroy Prometey) tendrá el 90 por cien de las acciones y se beneficiará de los incentivos fiscales concedidos por el gobierno congoleño, que busca impulsar el sector y diversificar sus socios. En los próximos meses se finalizará un acuerdo de concesión para la construcción, operación y transferencia del oleoducto, sentando así las bases para una cooperación económica reforzada entre los dos países.
Rusia, al participar en este gran proyecto, refuerza su influencia en África Central, mientras que el Congo ve esta asociación como una oportunidad estratégica para alcanzar sus objetivos de desarrollo energético. Esta nueva infraestructura forma parte de un plan general para modernizar las instalaciones petroleras congoleñas y constituye una palanca para el crecimiento económico del país.
Aunque tiene muchos problemas en la gestión de sus recursos energéticos, Congo-Brazzaville busca asociaciones internacionales para optimizar su potencial y desempeñar un papel más significativo en la escena petrolera africana y mundial.
La dilatada historia de ZNGS Prometey
La empresa rusa ZNGS Prometey fue una de las primeras de la URSS que se privatizó en 1990. Su historia es muy singular. Es una de las mayores empresas rusas en el campo de la construcción de oleoductos y gasoductos. Se dedica a la construcción de oleoductos desde 1958, participando en importantes proyectos para la industria del petróleo y el gas tanto en los territorios de la antigua URSS y en el extranjero.
Su origen es armenio, y los cinco miembros de la dirección son armenios, así como 13 de sus 17 altos directivos. Hasta la desparición de la URSS la sede principal de la empresa estaba en Armenia y tenía cuatro sucursales en la URSS.
Senik Gevorkian dirigió la empresa desde 1985 porque en la URSS los armenios se distinguieron por su profesionalidad. “Los especialistas armenios fueron invitados a trabajar en todas las áreas de la Unión Soviética con condiciones climáticas y orográficas difíciles”, recuerda Gevorkian.
En 1992 la oficina de Moscú de la empresa se separó de la oficina principal en Armenia y se convirtió en una entidad separada con sede en Rusia. Gevorkian dejó su hogar en Ereván para continuar sus funciones en Moscú. Su hijo, Vazgen, se unió a él en 1994.
La empresa emplea a más de 2.400 trabajadores y Gevorkian, que sigue siendo miembro del consejo de administración, dimitió de la presidencia en 2003 en favor de su hijo.
A lo lago de su historia ZNGS Prometey ha tendido un total de 6.595 kilómetros de tuberías, y durante el período de 1995 a 2005 construyó un total de 2.903 kilómetros de tuberías.
Una mentalidad soviética
A diferencia de su hijo, Senik Gevorkian confiesa que tiene “una educación y mentalidad soviéticas, y veo los negocios desde ese punto de vista. Mi hijo tiene un enfoque capitalista para todo esto, lo que, creo, beneficiará a la empresa” (*).
“Creo que el colapso de la Unión Soviética fue un error. El partido que dirigía ese sistema debería haber colapsado, pero la unión de las repúblicas debería haber sobrevivido y ser como la Unión Europea actual”.
Ingeniero de profesión, Senik Gevorkian adquirió una experiencia considerable trabajando en la antigua industria soviética del gas y el petróleo durante más de 25 años. Fue galardonado con la Orden del Estandarte del Trabajo, la Insignia de Honor y otros reconocimientos públicos. Es miembro de la Academia Rusa de Ciencias Tecnológicas y de la Academia Internacional de Energía.
Al igual que otros armenios en Moscú que participan en acuerdos internacionales, Gevorkian cita la estabilidad política en la región como crucial para el crecimiento económico de Armenia. Sin embargo, en cuanto a su propia participación, dice que Armenia simplemente no representa un mercado lo suficientemente grande para su empresa, subrayando nuevamente que sus limitadas actividades allí se deben a “razones patrióticas”.
La vuelta de una empresa privada al redil público
Hace unos años ZNGS Prometey cedió una parte de sus participaciones al Estado ruso. Hasta entonces los vínculos con Armenia eran mucho más amplios. En 1999 los Gevorkian fundaron un canal de televisión que se creó como canal cultural y se llamó Prometey.
“El objetivo de abrir un canal de este tipo en Armenia era fortalecer las relaciones entre Armenia y Rusia a través de la cultura. Lo dotamos de equipos modernos y contratamos personal profesional de Armenia”, dice Gevorkian. “Armenia necesita tener buenas relaciones con Rusia, lo que ahora se logra gracias a los vínculos directos entre los dos presidentes”.
En 2003 los Gevorkian decidieron entregar al Estado el canal de televisión, que ya estaba en funcionamiento. Ahora se llama H2.
(*) https://agbu.org/moscow-connection/pipes-patriotism-profits-two-generations-gevorkians-head-one-russias-largest