Clearview es una empresa tecnológica que ha creado una aplicación de reconocimiento facial a partir de miles de millones de imágenes capturadas en las redes sociales.
Es ilegal, pero ha sido un chollo para más de 600 cuerpos de policía, FBI, servicios secretos y espías. Los propios usuarios facilitan la labor policial, aunque dentro de poco cualquiera podrá utilizarla: le tomas una foto en la calle al primero que pasa y averiguas su nombre; luego no tienes más que introducirlo en un buscador para saberlo todo sobre ella.
Fundada en 2016, Clearview ha construido una gigantesca base de datos de miles de millones de imágenes tomadas de Facebook, Twitter y YouTube. Cada imagen está vinculada a su fuente: la red social de la que procede.
De momento la empresa sólo vende su técnica (“smartcheckr”) a la policía, pero no descarta ponerlo a disposición de un mercado más amplio en el futuro.
La aplicación puede identificar a una persona aunque lleve sombrero o gafas, independientemente del ángulo desde el que sea fotografiada. La base de datos se ha formado con fotos en formato de retrato policial, de frente, con fines de identificación o durante una detención.
Pero la empresa también recopila imágenes de personas sin ninguna clase de antecedentes penales.
Desde luego que ni la policía ni la empresa pidieron permiso a los interesados para que utilizaran su imagen. Desde luego que aquí los jueces tampoco pintan absolutamente nada.
Para evitar las críticas, Clearview ha estado funcionado en secreto. Su sitio en internet, que es deliberadamente pobre en información, sólo fue lanzado en 2020, cuando su negocio ya estaba bien establecido. A pesar de ello, se han empezado a levantar voces que se oponen a esta manipulación.
https://www.nytimes.com/2020/01/18/technology/clearview-privacy-facial-recognition.html