La tasa de desempleo sube del 14,4 por ciento en el primer trimestre al 15,3 por ciento en el segundo, con casi 3,4 millones de parados, lo que supone un aumento de 55.000.
En la cifra no entra gran parte del millón de activos que se quedaron sin trabajo entre abril y junio debido a la crisis económica.
El cierre de empresas impide a los parados buscar un nuevo empleo por lo que, según el Instituto Nacional de Estadística, no cumplen los requisitos formales para ser clasificados como desempleados.
El Instituto Nacional de Estadística tampoco tiene en cuenta a los millones de trabajadores incluidos en los ERTE habilitados por el gobierno para evitar despidos masivos durante el estado de alarma.
Como consecuencia de ello, solo 13,9 millones de los 18,6 millones de ocupados del país trabajaron efectivamente durante el segundo trimestre y el número de horas trabajadas cayó un 23 por ciento respecto al periodo anterior, “un descenso sin precedentes”, señala el INE.
“Estamos ante un dato terrible, seguramente el peor de la historia”, ha dicho a la Cadena Ser el cabecilla de UGT, Pepe Álvarez.
“Hasta ahora pensábamos que la pandemia iba a ceder en verano y que íbamos a poder hacer un proceso de recuperación de la economía, y cada día se hace más difícil”, añadió Álvarez, que pidió una extensión de los ERTE hasta septiembre.
Una vez se agoten los ERTE las empresas empezarán los despidos masivos de sus plantillas.
Además, en esta ocasión la destrucción de empleo está afectando a sectores que en crisis anteriores suponían un refugio, como la hostelería.