Le mantuvieron en coma inducido durante 40 días.
La investigación ha durado casi un año. El herido es Olivier Beziade, un bombero voluntario de Bazas (Gironda) que ha quedado con una grave herida en la cabeza después de participar en la jornada IX de las manifestaciones de los “chalecos amarillos”, celebrada el 12 de enero del año pasado.
Al policía le acusan de violencia voluntaria con un arma que causó heridas graves e incapacidad laboral. Es un miembro de la brigada anticrimen (BAC) que disparó un LBD 40 que impactó al manifestante en la cabeza.
Beziade, de 47 años de edad, padre de tres hijos, fue víctima de una hemorragia cerebral y durante 40 días le mantuvieron en coma. La escena fue filmada y difundida en las redes sociales y a la Inspección General de la Policía Nacional no le quedó más remedio que abrir una investigación sobre el pistolero de la policía que, por cierto, sigue de servicio.
La víctima recuerda que también padeció el lanzamiento de una granada antimotines por parte de otro miembro de la policía. Fue un lanzamiento no reglamentario en forma de campana que también está documentado en varios vídeos.
El abogado de la víctima quiere acusar a los jefes superiores de los dos policías que dirigieron la carga y la orden de disparar, que se produjeron en un momento en el que no había ninguna amenaza y Beziade marchaba del lugar de los hechos.
Casi un año después de los acontecimientos, sigue padeciendo graves secuelas, que por el momento le impiden reanudar su actividad profesional.
https://www.lemonde.fr/police-justice/article/2020/01/08/un-policier-mis-en-examen-apres-la-grave-blessure-d-un-gilet-jaune-a-bordeaux_6025166_1653578.html