Alexander Kolomiets |
El general no ha desertado exactamente sino que se ha pasado al bando contrario, es decir, a las milicias del Donbas.
El giro dado por Kolomiets a su compromiso ha causado sensación en el Donbas, en Ucrania, en Rusia y en todas partes. El gobierno de Kiev teme que no se trate de un caso aislado y que sus filas se resquebrajen de manera irreversible o, al menos, que la moral de sus tropas se resienta. Algunas fuentes temen incluso que Poroshenko sea secuestrado por sus propias tropas y obligado a dimitir.
Kolomiets era un estrecho colaborador del Ministerio ucraniano de Defensa desde hace 19 años, incluso en los tiempos de Viktor Yanukovich y durante un tiempo fue comisario militar de la región de Donietsk. “Los combates bajo las órdenes del ejército ucraniano tienen por objetivo a los civiles, habitantes del Donbas. Por este motivo no puedo continuar en esas condiciones bajo las órdenes ucranianas”, ha dicho el general en una conferencia de prensa convocada este lunes.
El general dijo también que en el gobierno actual de Kiev hay algunos criminales de guerra. La situación en el Donbas se ha agravado desde que se puso en marcha la política de masacre llamada antiterrorista en Kiev. “Es una fuerza criminal responsable de la muerte de civiles”, ha añadido Kolomiets. “La población del Donbas no pidió más que hablar en su lengua natal, el ruso, y el reconocimiento de su federación. ¿Se debía por ello enviar al ejército y bombardear las ciudades y los pueblos matando a la población?”
En su rueda de prensa el general dijo que otros oficiales y soldados ucranianos quieren abandonar el ejército para incorporarse a las milicias del Donbas, pero la situación es difícil para los soldados que expresan su descontento porque les encarcelan y su familia sufre represalias.
El general dijo que los soldados ucranianos ya no tienen más energías para combatir porque son conscientes de las masacres cometidas. Sólo los batallones formados por mercenarios, neonazis y extranjeros, combaten con determinación.
Las defecciones se producen en cadena. La semana pasada fue Oleg Chernussov, el jefe del servicio ucraniano de aduanas, quien se largó al Donbas. Chernussov calificó de genocidio las acciones del ejército ucraniano. Explicó que los soldados de los batallones de voluntarios a sueldo de Kiev amasan enormes cantidades de dinero traficando con los alimentos que venden a la población que padece la guerra.
Hace dos semanas otros dos funcionarios de la embajada de Ucrania en París abandonaron el servicio diplomático y se unieron a las filas de quienes combaten en el Donbas.
Se les debe vencer e ir a por la vida de quienes apoyaron −o protegieron o quieran seguir haciéndolo-, este o cualquier otro dislate genocida, allí donde se encuentren: En USA, Arabia Saudí, Turquía o donde quiera que sea, sin concederles impunidad ni recurrir a estamento judicial alguno.