Nuevamente un fantasma recorre no sólo Europa, lugar de nacimiento del Manifiesto Comunista (su nombre original: Manifiesto del Partido Comunista); y reaparece (como en la leyenda del cisne que renace sobre sus propias cenizas), materializado en las crisis del capitalismo y sus ismos de cada país asidos al neoliberalismo económico, que agotado, asfixia a los capitalistas en constantes recesiones, bajas de consumo, desempleo, recortes de presupuestos de gastos e imposición de la austeridad que han generado revueltas sociales por el final del Estado de Bienestar, provocando “zozobra y revueltas tales que hasta el FMI [Fondo Monetario Internacional] ha tratado de advertir a los gobiernos más inclinados a la derecha de que corren el riesgo de provocar una importante rebelión social” (David Harvey, Breve historia del neoliberalismo).
De aquí que nuevas ediciones del Manifiesto, circulan en todos los idiomas como una señal más de que las recientes crisis del capitalismo han vuelto a poner las condiciones para el estallamiento de una Revolución mundial contra el capitalismo en general, y los particulares atascados en sus últimas privatizaciones y el estancamiento de la globalización como botín de las inversiones financieras. El fantasma del descontento mundial asoma la cabeza. Por eso es que hay tanto interés en la lectura del Manifiesto de Mark-Engels.
También está la formidable: Biografía del Manifiesto Comunista, con introducción del maestro de la traducción y pensador Wenceslao Roces (Compañía General de Ediciones), que debe volver a imprimirse, pues es un valioso e ilustrativo texto de ese Manifiesto cuyo “núcleo central es la demostración del desarrollo histórico de las sociedades, y de la forma específica de la sociedad burguesa, que había reemplazado a sus predecesores, había evolucionado el mundo y… creado las condiciones para su inevitable sustitución”. Precisa el Manifiesto “la marcha triunfal del capitalismo… su desarrollo a largo plazo” y el conflicto entre la clase capitalista y la burguesía, contra los trabajadores o sea los pobres.
Marx y Engels describían la transformación del mundo en 1848 y proponían como ser transformado por la lucha de esas dos clases, hoy como nunca antes, muy bien delimitadas. Y de lo que se burla el multimillonario Warren Buffet: “Ciertamente hay una guerra de clases, pero la mía, la clase de los ricos, la ha declarado, y la estamos ganando”. Tanto el Manifiesto como la Biografía del Manifiesto, son de indispensable lectura para tener información de esta crisis que apenas empieza, y que desde Grecia (donde se creó la democracia) a China, pasando por el resto del mundo, lleva visos de una catástrofe.
El Manifiesto de Marx y Engels se actualiza, a la luz de los acontecimientos que integran la crisis del capitalismo del crack de 1929 al crack de este 2015. Así el fantasma, que recorre las entrañas del capitalismo en su versión del neoliberalismo económico, anuncia que arreciarán los enfrentamientos entre ricos y pobres. Y el 99 por ciento de la población mundial son los pobres, por los estragos del capitalismo salvaje en complicidad con los gobiernos y los capitalistas, en un pacto de corrupción para la explotación de los pueblos. Ahora el Manifiesto termina con la convocatoria de: ¡Pobres del mundo, uníos!