Un ejemplo viviente del nacionalismo militar argentino y su supervivencia

Enrique Mosconi
Darío Herchhoren

En la República Argentina siempre fue una reivindicación de la enorme mayoría de sus ciudadanos la nacionalización del subsuelo argentino, y la explotación de ese subsuelo a cargo del estado. Ya en el último cuarto del siglo XIX el estado argentino encarga al jurista e ingeniero Enrique Rodríguez la redacción de un código de minería, que es aprobado por el Congreso Nacional en 1880, y junto con ello se dispone la creación de tribunales de minería, a cargo de jueces especializados.

Ya en esas fechas existía la sospecha de que el subsuelo de la provincia de Chubut en la lejana Patagonia, albergaba bolsas de petróleo, y en 1906 esas sospechas se ven confirmadas por el descubrimiento casual que efectúa un ingeniero alemán radicado en Argentina, que buscando aguas dulces para consumo humano descubre petróleo. Ese ingeniero era José Fuchs.

Pero la labor de descubrimiento y posterior explotación, y comercialización del petróleo argentino se debe al General e Ingeniero Civil Enrique Mosconi, que muy influido por el ingeniero de minas y geólogo Enrique Martín Hermitte, francés naturalizado argentino, comienza una labor de exploración serio y científico..

Pero ¿Quién era Enrique Mosconi?

Mosconi fué un distinguido militar que fué enviado en los primeros años del siglo XX, a estudiar los sistemas ferroviarios, la fabricación de locomotoras, y en general la gestión de ferrocarriles en Alemania, Francia, Bélgica y el imperio austrohúngaro, ya que era intención del estado argentino tender una linea ferroviaria que conectase la ciudad de Buenos Aires con la Patagonia, especialmente con la ciudad de Comodoro Rivadavia en la lejana provincia de Chubut.

Ya para entonces la incipiente industria petrolera argentina estaba a cargo de dos empresas nefastas en la historia de sudamérica, que eran la inglesa Royal Dutch, y la norteamericana Standard Oil, cuyo propietario era John Rockefeler, personaje de siniestra memoria.

Durante los primeros años de la década de 1920, era presidente de Argentina Marcelo Torcuato de Alvear, un oligarca perteneciente al ala más reaccionaria del partido radical, y defensor de los intereses británicos en el Río de la Plata, y siendo Mosconi una de las figuras militares más respetadas y gracias a su influencia personal sobre Alvear, este último accede a crear una empresa estatal de petróleo, cuyo primer director sería el General Enrique Mosconi.

Mosconi viaja por todo el sur de América difundiendo sus ideas en el sentido de que el estado debe hacerse cargo del subsuelo, y especialmente del petróleo, avizorando ya la importancia estratégica que iba a tener su exploración y explotación en el desenvolvimiento del poder efectivo que las naciones de sudamérica tendrían sobre sus materias primas, y por primera vez se utiliza la expresión «soberanía energética», en alusión a la explotación y propiedad del petroĺeo.

A Alvear le sucede Hipólito Yrigoyen, del partido radical, pero totalmente opuesto a Alvear, y dirigente muy popular entre las clases más pobres del país, y a la vista de los estudios que Mosconi, ordena por fin la nacionalización del petróleo, y la salida del país de las empresas Royal Dutch y Standard Oil en el año 1929, un año antes del golpe fascista del General Uriburu, que inaugura la que se llamó década infame que dura hasta el año 1943, y es la puesta de largo de los golpes militares en Argentina que se suceden posteriormente en 1943, l955, 1966, 1976 hasta la actualidad.

Mosconi es invitado por el General Uriburu a formar parte de su gobierno, pero este declina la invitación, y poco tiempo después es separado del cargo de presidente de YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales).

La influencia de Mosconi en el pensamiento militar nacionalista en sudamérica es enorme. En 1929, recibe la visita de Edmundo Castillo, ministro de industria  de la República Oriental del Uruguay, que siguiendo sus pasos crea en esa nación la ANCAP, (Administración Nacional de Combustibles Alcoholes  y Portland) que es el monopolio estatal uruguayo todavía existente, y en Brasil se crea en 1938 el Consejo Nacional del Petróleo, antecesor de Petrobras, la empresa estatal de petróleo brasileña. Lo mismo ocurre en Colombia y poco tiempo después en Venezuela se crea la empresa estatal PEDEVESA.

Pero en el año 1992, el nefasto gobierno de Carlos Menem en Argentina privatiza YPF, y se hace cargo de la misma la española Repsol, y es recién en 2012, en que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner nacionaliza el 51% de las acciones de YPF, volviendo nuevamente al control de los argentinos.

En este momento, hay una agrupación patriótica llamada La Baldrich, en homenaje al Teniente Coronel Amadeo de Baldrich, que fué uno de los militares que intentan un golpe militar de izquierda en Argentina contra el General Alejandro Lanusse, y que reclama la nacionalización del 100 por cien de la empresa YPF. La influencia de Mosconi llegó a Méjico, donde el General Lázaro Cárdenas nacionaliza ese hidrocarburo y crea la empresa estatal PEMEX (Petróleos de Mejico).

Mosconi es considerado una de los mayores patriotas argentinos que inaugura una nueva política de control y propiedad del petróleo, bajo su divisa «el petroĺeo para las patrias donde yace».

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