El dirigente yihadista de Cuenca |
Según McClatchy, su estancia en Estados Unidos ha vuelto a suscitar el “compromiso” del gobierno de Obama con las organizaciones terroristas que combaten en la guerra de Siria desde hace cinco años (1).
Al-Nahhas es un conocido dirigente de Ahrar Al-Sham y ya estuvo en Washington en el mes de diciembre pasado, en un contexto en el que las autoridades de inmigración se ven presionados para que impidan la entrada de grupos “extremistas”. No obstante, Ahrar Al-Sham está considerada como una organización de la “oposición moderada”.
Recientemente, al dirigente de una conocida organización humanitaria siria le impidieron la entrada cuando le habían concedido un premio otorgado por grupos estadounidenses de ayuda internacional.
El objetivo de la visita no ha sido aclarado, aunque las fuentes coinciden en destacar que se va a entrevistar con altos miembros del Departamento de Estado y de la Casa Blanca. El secreto protege a ambas partes. También protege a los yihadistas del descrédito que supone para sus milicianos las entrevistas de sus dirigentes con responsables de Estados Unidos.
En otras ocasiones los dirigentes yihadistas ya se han entrevistado con Michael Ratney, enviado especial del Departamento de Estado para Siria. El 5 de diciembre se celebró una de esas conversaciones en Estambul.
El economista canadiense Michel Chossudovsky sugiere que Al-Nahhas puede entrar en Estados Unidos porque es un miembro del espionaje (2), mientras que Meyssan asegura por su parte que es miembro del MI6. El año pasado, recuerda Meyssan, Al-Nahhas publicó una tribuna libre en el “Washington Post” y viajó a Nueva York para informar a su jefe, Jeffrey Feltman, antiguo embajador estadounidense en Beirut y verdadero artífice de la guerra de Siria (3).
Dadas las notables divergencias existentes sobre la línea a seguir en Siria, la Casa Blanca quiere influir sobre los grupos de presión que en Washington critican la postura del Departamento de Estado, tales como periodistas, profesores universitarios, militares, empresas de armamento y funcionarios de la inteligencia.
Los portavoces del Departamento de Estado no han querido responder si los responsables conocían de antemano le llegada del yihadista sirio, o si habían expresado algún tipo de dudas sobre su estancia en Washington, o si le habían ayudado a entrar en el país.
En Estados Unidos los expertos en “seguridad nacional” aseguran lo obvio: el gobierno de Obama conocía de antemano la llegada de Al-Nahhas, como conoce los estrechos vínculos de la organización Ahrar Al-Sahm con el Frente Al-Nosra, la sucursal siria de Al-Qaeda.
“Podían haberle declarado ‘persona non grata’ y haberle expulsado, pero no lo han hecho”, ha afirmado Faysal Itani, un especialista en Oriente Medio.
Nahhas ha rechazado tener “vínculos organizativos” con Al-Qaeda, ni compartir la ideología de Al-Qaeda, pero la respuesta tiene su truco: el vínculo directo no es con Al-Qaeda sino con el Frente Al-Nosra, que no es más que la filial siria de Al-Qaeda.
Como bien afirma McClatchy, el jefe máximo de Al-Qaeda Ayman Al-Zawahiri rindió pleitesía a uno de los fundadores de Ahrar Al-Sham, Abu Jalid Al-Suri cuando cayó muerto en un atentado.
No obstante, continúa McClatchy, es cierto que Ahrar Al-Sham es una organización ideológicamente más diversa, ya que incorpora a un abanico de corrientes yihadistas que van desde los miembros de los Hermanos Musulmanes hasta los salafistas. También se diferencia de Al-Qaeda en que es un grupo puramente sirio.
(2) http://www.globalresearch.ca/syrian-al-qaeda-affiliated-leader-visited-u-s-for-consultations-with-u-s-state
(3) http://www.voltairenet.org/article191846.html