En realidad el informe de la ONU es ridículo porque no era capaz de localizar a los autores de seis de los nueve ataques químicos.
El periódico alemán asegura que dichos ataques, que causaron miles de muertos entre la población civil, fueron obra del Frente Al-Nosra, la sucursal siria de Al-Qaeda.
El espionaje británico conservaba muestras de los almacenes de gas sarín que tenían los sirios en sus silos, que no coincidía con el que se encontró sobre el terreno.
Esta tesis del periódico alemán no es muy exacta, a pesar de que se ha repetido en varias ocasiones. Recientemente un informe basado en las confesiones de un yihadista del Frente Al-Nosra, asegura que se apoderaron del gas en los depósitos del gobierno, por lo que ambos tenían la misma composición química (2).
También se supo desde el principio que los misiles que portaban el gas no fueron lanzados desde las posiciones del ejército regular porque estaban demasiado cercanas, un hecho que no ha sido suficientemente denunciado.
Pero, como corresponde, los yihadistas no eran más que los dedos ejecutores de un plan destinado a provocar la intervención directa de Estados en Siria con la misma excusa que en Irak: las armas de destrucción masiva.
Como apuntamos anteriormente, dicha intervención debía ser precedida de un ataque masivo con más 600 misiles cruceros, cuyo impacto mortífero hubiera sido muy superior a los gases tóxicos utilizados.
La negociación rusa ante el gobierno sirio impidió dicho ataque. Además, tanto el Parlamento británico como el Congreso de Estados Unidos se opusieron a autorizar el ataque. Si Obama se hubiera atrevido a lanzar sus tropas sobre Siria, hubiera tenido que enfrentarse a un proceso de destitución iniciado por los republicanos.
La imposibilidad de llevar a las tropas de Estados Unidos a Siria cambió la balanza de fuerzas en la guerra: los yihadistas no pudieron contar con el apoyo de los ejércitos imperialistas sobre el terreno. Esto ha hecho que la guerra se prolongue durante otros tres años más.
Pero Die Welt no sólo deja clara la autoría del crimen sino que va mucho más allá: dice que Assad no va a ser desalojado del gobierno y los imperialistas deben resignarse a ello. El imperialismo ha fracasado en Siria y sus portavoces, como el diario Die Welt, tienen que empezar a volver a relatar los hechos para no quedar, además, en evidencia.
(2) http://foreignpolicy.com/2016/08/17/how-the-islamic-state-seized-a-chemical-weapons-stockpile/