Lo que pocos conocen, pero sí el Gobierno Rajoy, la oposición y los centros de poder, es que tras el escándalo de Banca Catalana, Pujol lo tuvo claro. Logró que los miembros del tribunal que le juzgaba fueran convenientemente tocados. De forma incomprensible, salió absuelto.
El Gobierno de Felipe González había ordenado a los fiscales que dejaran en paz al molt honorable. El fiscal Villarejo admitió que:
“Piqué Vidal hizo una lista de los 41 magistrados de la Audiencia de Barcelona que tenían que decidir si procesaban o no a Pujol y visitó uno a uno a los que calculaba que estaban más dispuestos a dejarse convencer. Y a cada uno de ellos les hizo una oferta que no pudieron rechazar”.
Se sabe que Jordi Pujol lleva más de treinta años acumulando dossiers en los que se implica a Felipe González, José María Aznar y el Rey Emérito Juan Carlos I, entre otros.
Victoria Álvarez, la valiente exnovia de Jordi Pujol Ferrusola lo confirma. Álvarez puso la primera piedra para abrir el “melón” judicial del clan Pujol. Su declaración ante la policía en el complejo de Canillas (Madrid) el 13 de diciembre de 2012 y la que prestó ante el juez Pablo Ruz el 17 de enero de 2013 en la Audiencia Nacional permitieron investigar los negocios de quien fuera su pareja, Jordi Pujol Ferrusola.
Esta denuncia, el relato del famoso viaje a Andorra “con fajos de billetes de 500 euros” en el maletero del coche de “junior”, fue la puesta del cascabel al gato, a la que nadie se había atrevido -o a nadie le había interesado- en los últimos 30 años. Hoy, toda la familia -Jordi Pujol, Marta Ferrusola y sus siete hijos- están imputados en varios juzgados. Pero todo indica que no pisarán la cárcel.