Las escuelas no eran gratuitas y abiertas a toda la población sino que formaban parte de una red privada de enseñanza.
La jueza Patricia Basaza Wasswa, del Tribunal Superior de Kampala, asegura en su orden que las escuelas, denominadas “Bridge International Academies”, carecen de las autorizaciones pertinentes, que la enseñanza no la imparte un profesorado competente y que las aulas son insalubres.
El gobierno ugandés envió a varios inspectores a comprobar la red de escuelas y sus informes fueron muy desfavorables, especialmente en lo relativo a las condiciones higiénicas de las aulas.
La decisión judicial es un golpe muy duro para la sociedad “Bridge International Academies”, una red docente que comenzó sus actividades en Uganda en 2008 y que desde entonces había crecido hasta llegar a acoger a 12.000 alumnos en la actualidad. Las escuelas cobraban determinadas cantidades de dinero por los cursos, fundamentalmente volcados en el aprendizaje de las nuevas tecnologías.
Las lecciones se imparten sobre tabletas digitales en aulas con varias decenas de alumnos con métodos muy anticuados de aprendizaje memorístico y totalmente acrítico. La tableta es un medio de control del propio alumno, ya que registra el absentismo del alumno, así como cada uno de sus movimientos.
Los magnates Bill Gates y Mark Zuckerberg están entre los principales financiadores de la red “Bridge International Academies”, que tiene escuelas similares en otros países de África y Asia, especialmente en Liberia.
En Liberia esta red educativa también suscitó controversia el pasado mes de setiembre cuando el gobierno inició la promoción de una asociación entre la enseñanza pública y la privada en 120 escuelas primarias con una docena de empresas especializadas en educación, entre ellas “Bridge International Academies”. Si el proyecto sale adelante, será una experiencia que se extenderá a toda la región occidental de África.
El gobierno rechazó las críticas de los sindicatos de maestros liberianos de que se trataba de una privatización encubierta del sistema educativo. Los sindicatos temen, además, la pérdida de sus puestos de trabajo y un deterioro en sus condiciones laborales.