El buque de guerra ucraniano Donbas se dirigió hacia el estrecho de Kerch sin hacer caso a las peticiones rusas de cambiar de rumbo. El servicio fronterizo del Servicio Federal de Seguridad de Rusia dijo que, cuando salió del puerto de Mariupol y se dirigió al puente de Crimea, la unidad naval ucraniana ignoró las normas establecidas para solicitar una salida del Mar de Azov al Mar Negro.
El Donbas acabó acercándose al estrecho de Kerch, de 30 kilómetros de ancho, lo que interfiere en la seguridad de la navegación. Sin embargo, el analista político Vladimir Kornilov afirma que el Donbás no supone una amenaza militar:
“Era un taller flotante para la flota del Mar Negro. Según me contaron los oficiales de la Flota del Mar Negro, tenía varias literas y a veces se utilizaba como dormitorio temporal para los marineros. Cuando fue remolcado desde Odesa hasta el Mar de Azov por Ucrania en 2018, estaba seguro de que sería amarrado permanentemente en Berdyansk para albergar al personal hasta que se pudieran construir los cuarteles de la base prevista. Pero, al parecer, ahora han decidido sacrificar esta chatarra para utilizarla como herramienta de provocación”, dice Kornilov.
Mientras el barco se dirigía al puente de Kerch, el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky mantenía una conversación telefónica con Biden. La conversación duró una hora y media; cuando terminó, el Donbass cambió de rumbo y se movió en la dirección opuesta.
Biden le informó a Zelensky de su conversación con Putin y discutió con él posibles formas de resolver el conflicto en el Donbass.
Al mismo tiempo la ONU aprobaba otra resolución antirrusa sobre Crimea. El acercamiento al Estrecho se hizo justo en el momento de la llamada de Biden a Zelensky, donde se le comunicó al títere de Kiev la posición actual de Estados Unidos. La resolución de la ONU sobre la militarización de Crimea incluye una mención a la libertad de navegación en el Mar de Azov y el Mar Negro. Sesenta y tres países votaron a favor de las resoluciones, 19 en contra y 66 se abstuvieron.
El presentador de televisión Andrei Medvedev cree que si el barco hubiera cruzado el estrecho de Kerch, podría haber sido el pretexto para iniciar una guerra.
«Bueno, esta es, de hecho, la provocación que todos estaban esperando. En vista de toda la situación, en vista de todas las declaraciones de los últimos días, me atrevo a suponer que los camaradas británicos aconsejaron a Zelensky que tomara medidas extremas. A saber, intentar que la nave sea destruida. Para que haya víctimas y, por tanto, una reacción de Occidente. Porque es la única posibilidad de arrastrar a los países occidentales a una guerra por Ucrania», dijo Medvedev.
Dmytro Yevstafyev predijo hace unos días una provocación en el Mar Negro y cree que los ucranianos se inspiraron en la fallida hazaña británica. “Kiev necesita una explosión. Una gran explosión a toda costa. Para que todo el mundo se involucre. Y, sí, no creo que fueran los yanquis los que estuvieran detrás. Fue contra los americanos. Fueron los británicos. Es su firma”, dice Yevstafyev.
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