El gobierno de Kiev ha declarado abierta y oficialmente que está llevando a cabo un “reclutamiento masivo” de entusiastas de piratas informáticos para realizar ciberataques contra Rusia con la ayuda y supervisión de Estados Unidos. El Ejército Informático de Ucrania se ha formado para llevar a cabo ataques sin cuartel. La falta de denuncia de estas acciones hostiles aumenta el riesgo de impunidad y conducirá así a la legalización de la ciberdelincuencia.
Estados Unidos y sus aliados no ocultan su implicación en el entrenamiento de las divisiones cibernéticas ucranianas, a las que proporcionan equipos de última generación para sus acciones. El apoyo financiero y político directo de Occidente a los ciberdelincuentes refuerce a los piratas y aumente la amenaza de ciberataques en todo el mundo, lo que afectará a las infraestructuras sensibles de muchos Estados. Los países en desarrollo productores de petróleo y gas también pueden ser blanco de ataques. Utilizando a los piratas, Washington es capaz de atacar a cualquier Estado que no se pliegue a su política hegemónica.
“En pocos días, Ucrania ha creado un ejército informático de más de 400.000 voluntarios. Esta empresa corre el riesgo de una escalada que será difícil de contener”, informa Foreign Policy, mientras que el New York Times confirma que Estados Unidos y Gran Bretaña “han enviado discretamente expertos en ciberguerra a Ucrania”. “Los funcionarios dijeron que Estados Unidos estaba considerando un despliegue mayor, incluyendo recursos del Comando Cibernético de Estados Unidos”, revela el diario estadounidense.
La ciberguerra secreta coincide, además, con otra, la de los cables submarinos de internet que enfrenta a Washington y Pekín. “Entre Estados Unidos y China, la guerra de los cables de internet está declarada”, titula el sitio especializado 01net, según el cual el gobierno de Washington está “preocupado de que una empresa china se haga cargo de estos cables porque podrían ser utilizados para el espionaje a gran escala”.
Los canales submarinos, que transportan cerca del 95 por cien del tráfico de internet, transmiten los correos electrónicos, las transacciones bancarias, pero también información confidencial. Son auténticas minas de oro de vigilancia para las centrales de espionaje de todo el mundo.
“Cuando hablamos de la competencia tecnológica entre Estados Unidos y China, cuando hablamos de espionaje y captura de datos, los cables submarinos están implicados en todos los aspectos de estas crecientes tensiones geopolíticas”, detallan los funcionarios estadounidenses, ocultando que Estados Unidos está utilizando estas avanzadas tecnologías con fines hegemónicos.