Erdogan con Obama |
La noticia, que confirmaba con claridad antiguas evidencias, ha supuesto un revuelo que ha obligado a intervenir a Yigit Bulut, un colaborador muy estrecho de Erdogan, que ha amenazado: “quienes traicionen a esta nación sentirán personalmente la fuerza del Estado”.
Las imágenes mostraban obuses y morteros en camiones de ayuda humanitaria disimulados como un cargamento de medicamentos de Humanitarian Relief Foundation, una ONG islamista que es uno de los brazos largos del gobierno de Ankara. El convoy fue detenido por la gendarmería turca en enero del año pasado cerca de la frontera siria.
Según Cumhuriyet los camiones portaban un millar de obuses de mortero, 80.000 municiones para armas de pequeño y grueso calibres y centenares de lanzagranadas, materiales fabricados por los antiguos países del bloque del Telón de Acero.
Los periódicos turcos Hurriyet y Radikal demostraron que los camiones incautados pertenecen al MIT, el servicio secreto turco, a pesar de que hasta que se ha producido esta filtración el gobierno islamista de Erdogan había negado sistemáticamente su contribución a las tropas que pretenden el derrocamiento del gobierno vecino de Damasco, quien ha presentado una queja oficial ante la ONU contra Turquía.
Sorprendido de manera flagrante, el gobierno ha impuesto el más estricto secreto sobre las informaciones, aunque ha reconocido la apertura de una investigación interna y ha detenido a 50 funcionarios públicos, entre ellos magistrados, gendarmes y militares.
El apoyo de gobierno de Erdogan al yihadismo no sólo compromete seriamente a Tuquía sino al conjunto de la OTAN, de la que es un puntal decisivo en Oriente Medio.