Las nuevas medidas del gobierno turco tendrán repercusiones importantes en la batalla de Alepo, donde el ejército regular ha establecido un cerco contra los grupos yihadistas en los barrios del este de la ciudad.
Al mismo tiempo, el ejército sirio ha limpiado el campo de Latakia y ha avanzado en la Guta Oriental y Occidental en la provincia de Damasco, lo cual deja ya pocas dudas de que una victoria militar sobre los yihadistas es posible y que Ankara se prepara para un escenario en Oriente Medio sin la presencia de estos grupos.
El fracaso del golpe de estado en Turquía y el apoyo recibido por Erdogan de Rusia e Irán parecen factores claves para entender este cambio de posición del gobierno de Ankara hacia Siria. El propio Erdogan dijo recientemente que su país quería enmendar sus relaciones con los países vecinos, una referencia clara a Siria.
Al mismo tiempo, el desarrollo de las relaciones con Rusia llevará inevitablemente, como una condición impuesta por Moscú, al cierre de la frontera sirio-truca al paso de los grupos yihadistas, lo cual tendrá una importancia extraordinaria para debilitar a los grupos armados que actúan contra Siria.
Como destaca la agencia Al-Manar, “ninguna delegación de la oposición siria acudió a Ankara para manifestar su apoyo al gobierno turco tras el golpe”.
Otro punto importante es que la posible implicación saudí en el golpe de Estado turco que, si se confirma, llevará a la destrucción de la alianza Riad-Ankara contra Siria y a un debilitamiento de la influencia saudí en la región.