Turquía marcha hacia la guerra civil

Selahattin Demirtas
En el transcurso de una rueda de prensa convocada ayer en Ánkara, la capital de Turquía, por el partido kurdo HDP (Partido Democrático Popular), el copresidente del mismo, Selahattin Demirtas, dijo que hay un riesgo de guerra civil en el país.

HDP es el partido independentista kurdo más importante de Turquía y el gobierno de Recep Tayyip Erdogan le acusa de ser el escaparate legal del PKK, cuyo máximo dirigente, Oçalan, permanece en prisión.

Los militantes del HDP y sus oficinas están siendo objeto de agresiones continuas, que se producen en paralelo con la escalada militar que vive Kurdistán y los ataques continuos del ejército contra las posiciones de las organizaciones revolucionarias e independentistas.

En la rueda de prensa Demirtas acusó al Estado de los ataques y de querer provocar una guerra civil. Los asaltantes son miembros del AKP, el partido islamista de Erdogan y del partido nacionalista MHP Devlet Bahçeli.

Por segunda noche consecutiva miles de fascistas han desfilado por varias ciudades turcas para denunciar a los “terroristas” del PKK y han quemado algunos locales, entre ellos la sede central, donde quemaron los archivos de la organización. Demirtas evaluó en 400 los ataques padecidos por el partido kurdo.

En la noche del martes también fue atacado en Estabul la sede del periódico Hürriyet, cercano a la oposición del gobierno de Erdogan. Es el segundo ataque en menos de 48 horas.

La destrucción se extendió a la sede del diario Sabah y de la televisión ATV. Más de 300 tiendas de pertenecientes a los kurdos padecieron grandes destrozos.

Por su parte, Erdogan se ha defendido diciendo que hablar de guerra civil es insensato y que el HDP debe optar entre la democracia y el terrorismo. Si el partido kurdo se alinea al lado del terrorismo, “debe atenerse a las consecuencias”, amenazó.

Erdogan se manifestó en presencia del presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, que está de visita en Ánkara.

Tras la intervención de Erdogan, la fiscalía turca ha incoado un atestado contra Demirtas por insultos al presidente de la República, apología de una organización terrorista e incitación al crimen.

Además, la fiscalía ha pedido al Parlamento que levante la inmunidad de Demirtas, que es diputado del HDP.

La tensión es máxima como consecuencia de las elecciones previstas para el 1 de noviembre. Si bien es poco probable que el AKP obtenga una mayoría, podrían hacerlo en alianza con el
nacionalista MHP. Si el AKP no consigue el poder, el Califato Islámico podría extender su campo de operaciones a Turquía.

En Kurdistán no es que haya un riesgo de guerra civil sino que hay, en la práctica, un estado de guerra. El ejército ha asesinado a más de un millar de ciudadanos kurdos, mientras que combatientes de la resistencia kurda han ejecutado a más de 50 soldados y policías.

El estado de guerra amenaza con extenderse a otras zonas. Ayer Demirtas y otros diputados del HDP iniciaron una marcha para romper el bloqueo impuesto desde hace seis días sobre la ciudad de la Cizre, donde 7 civiles ya han muerto.

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