Prosigue, pues, el deshielo de las relaciones entre ambos países, que comenzó hace un mes cuando Erdogan se disculpó por el incidente con el Sujoi-24 en una carta dirigida al presidente ruso.
El tendido del gasoducto Turkstream fue anunciado por Putin en noviembre de 2014, tras el fracaso de un proyecto parecido que transcurría por el Mar Negro y Bulgaria a causa de las presiones de Estados Unidos. Se trataba de suministrar gas ruso al sur de Europa, un equivalente al ya construido por el Mar Báltico que suministra gas a Alemania y los países del norte de Europa.
La central nuclear de Akkuyu es un proyecto conjunto turco-ruso diseñado en 2010 en la provincia de Mersin, al sur de Anatolia.
No obstante, el signo definitivo de los nuevos tiempos es el encuentro entre Erdogan y Putin, al que se le ha puesto fecha: se celebrará en San Petersburgo el 9 de agosto. Será la primera visita al extranjero de Erdogan tras el fallido golpe de Estado del 15 de julio.
Una de las medidas que saldrán aprobadas con la visita es el levantamiento de las sanciones impuestas por Rusia contra Turquía como consecuencia del derribo del bombardero Sujoi-24.
Ayer el ministro turco de Asuntos Exteriores, Mevlut Cavusoglu agradeció a Putin y a otros dirigentes rusos el apoyo que le prestaron al gobierno de Ankara durante el golpe de Estado.
No sólo Turquía se aleja definitivamente de la guerra de Siria, sino de los planes que el imperialismo tenía para Oriente Medio. En la misma línea, el gobierno de Erdogan se dispone a establecer relaciones amistosas con Irán, haciendo bascular el vínculo que hasta ahora mantenía con Arabia saudí y Emiratos Árabes Unidos.
El gobierno de Ankara ha manifestado su deseo de trabajar conjuntamente con Irán para estabilizar la región, a lo que Teherán se ha manifestado dispuesto. El presidente iraní Hassan Rouhani ha propuesto a Erdogan discutir las perspectivas de paz en la región y ha cargado las tintas contra “las superpotencias y los terroristas” a los que imputa la desastrosa situación de guerra y caos en Oriente Medio.
El portavoz parlamentario del HDP, el kurdo Idris Baluken, ha manifestado que Erdogan ha enviado una carta a Bashar Al-Assad por las acciones emprendidas por su gobierno durante la guerra de Siria y que ya se han entablado negociaciones secretas entre ambos países para firmar un acuerdo de paz.
Hay que reconocerlo: Son gente valiente; no tienen miedo de que se enfaden los yanquis y demás asociados al imperio filosionista. Pudiera ser un comportamiento suicida -por imperdonable- el echar o intentar echar a perder -el tiempo dirá-, los planes del imperio filosionista para Oriente Medio.