Trump ha amenazado con una intervención de las fuerzas federales en Portland, incluso si las autoridades estatales o municipales no lo solicitan. “Portland es un lío desde hace muchos años. ¡Si este chiste de alcalde no la limpia, iremos nosotros a por ellos!”, ha afirmado Trump a través de su cuenta oficial en Twitter, en referencia al alcalde, el demócrata Ted Wheeler.
El sábado, un simpatizante de Trump murió tiroteado durante los disturbios entre los partidarios del Presidente y el movimiento de protesta contra el racismo y la violencia policial.
Wheeler culpó a Trump, y ha afirmado que el presidente “ha creado el odio y la división”.
Ken Cuccinelli, número dos de Interior de la Administración Trump, ha dicho que Wheeler “es un alcalde que odia al presidente Trump más de lo que ama a la gente de Portland”.
Quien también responsabiliza al presidente de Estados Unidos de los últimos episodios de violencia ha sido su próximo rival en las elecciones de noviembre, Joe Biden.
“Trump no puede acabar con la violencia porque lleva años fomentándola”, ha dicho Biden. Lo ha hecho durante un acto de campaña celebrado en Pittsburgh (Pensilvania).
Biden, ha condenado los disturbios de estos días, surgidos durante las protestas por el último episodio de violencia policial. El afroamericano Jacob Blake ingresó en un hospital tras recibir siete disparos por la espalda, por parte de la policía,
“Voy a ser muy claro sobre todo esto. Los disturbios no son protestas. Los saqueos no son protestas. Provocar fuegos no son protestas. Nada de esto es protestar. Es ilegal, simple y llanamente”, ha matizado.
“La violencia no traerá cambio, solo traerá destrucción. Los incendios deben acabar, pero tenemos un presidente que aviva las llamas, en vez de apagarlas”, ha señalado.
Portland se ha convertido en uno de los últimos focos de manifestaciones contra la brutalidad policial. El último incidente involucra a Patriot Prayer, un hombre vinculado a la extrema derecha. Murió tras recibir un disparo en el pecho la noche del sábado.
Días antes, un supremacista blanco de 17 años asesinó a dos personas e hirió a otra durante una manifestación contra la violencia racial. La policía ni lo identificó, a pesar de pasar junto a él y observar que iba fuertemente armado.
La muerte de George Floyd, tras pasarse casi nueve minutos con su cuello aprisionado por la rodilla del agente Derek Chauvin, el pasado 25 de mayo, desató las protestas y disturbios.
En las principales ciudades de Estados Unidos, crece a pasos agigantados un movimiento que se ha extendido por todo el mundo en contra del racismo.