Pero no sólo Grecia: todos los países han hecho y siguen haciendo exactamente lo mismo, anunciando algunas deudas y ocultando otras. La magia financiera es lo que le permite repetir a Rajoy que “España no ha sido rescatada”, a diferencia de otros países de opereta, como Grecia.
Como cualquier otro hechizo, las finanzas comportan el recitado de algunas palabras mágicas que consisten en cambiar el nombre de las cosas: no son deudas sino otro tipo de “obligaciones”, o no las consideran como “públicas” porque la sacan de la contabilidad del Estado…
Por ejemplo, no se cuentan los créditos de las empresas en las que el Estado tiene una participación inferior al 50 por ciento, como la Sareb (el “banco malo”).
Tampoco cuentan algunos avales y préstamos públicos… En fin, los contables cuentan las cosas lo mismo que el telediario: a su manera.
A la hora de hacer un cálculo sobre la deuda real es imprescindible tener en cuenta que esa distinción sobre la que tanto les gusta insistir a algunos entre lo público y lo privado (el Estado y el mercado) es una estupidez, entre otras cosas porque:
a) las deudas privadas camuflan deudas públicas
b) las deudas privadas se convierten en deudas públicas (abracadabra)
c) las deudas públicas son, pues, en realidad, deudas privadas
Punto de partida: en España la deuda reconocida ya ha superado el 100 por cien del PIB.
Pero España es un Estado mágico, uno de los que tiene una mayor deuda oculta de toda la zona euro. Quien maquilla las cifras es la Unión Europea. Al Banco de España no le importa reconocer unas cifras mucho mayores: en abril dijo que al cierre del año pasado la deuda pública superaba el billón y medio de euros (1,5 billones de euros).
Desde aquí nosotros decimos que esa cifra aún se queda corta: este Estado debe en realidad 1,6 billones de euros. Con diferencia, es la cifra más alta de deuda pública desde principios del siglo pasado. Es cinco veces mayor que la deuda griega.
Desde 2007, fecha oficial de inicio de la crisis, la deuda pública española se ha triplicado o, dicho de otra manera, vivimos de prestado. Todavía no estamos sintiendo el peso real de lo que es una crisis del capitalismo.
El año pasado la cifra camuflada creció mucho más que la oficial, es decir, la mentira va a más. Para los gobiernos españoles la solución del problema consiste en meter la mierda debajo del felpudo.
Pablo Iglesias participa de esa mentira. Recientemente en una entrevista a la agencia Europa Press (26 de julio de 2015) hace lo mismo que los demás: esconde las cifras reales de deuda, ya que sólo reconoce 1,046 billones.
No sólo el Estado debe dinero: todo el mundo está metido en la misma trampa. Entre empresas, instituciones financieras, hogares y administración, la deuda total sube al 386 por ciento del PIB, es decir, casi cuatro billones de euros.
No te engañes: no se trata de que quien propugna el impago -total o parcial- de la deuda es más radical que el otro. Se trata de que la deuda española no se puede pagar y, por lo tanto, no se va a pagar.
Quien diga lo contrario miente.
¡Joder! No entiendo por qué la gente se resiste a seguir mis recomendaciones de que se recolecte por el mundo toda la moneda habida, se la muela bien fina y se le dé a comer a los filo-sionistas y otros usurarios parásitos que la acapararon a lo largo de milenios como único alimento por ver si revientan cuanto antes a fin de que en nuestra tierra se respiren aires más sanos y que el pueblo elegido y sus aliados fracase así en sus aspiraciones a convertirse en amos indiscutibles de todo por el sistema capitalista. Y, según la misma lógica, restringir severamente la propiedad privada a efectos de acabar así con los amos de lo nuestro. Yo estoy por la labor: ¿Qué os parece si empezamos a crear conciencia según las indicaciones dadas en forma de "Propuestas Políticas para la Construcción del Futuro" aquí: goo.gl/t7z3Ke? Faltan algunas relativas a la salud humana por el "Método Natural en Medicina" y reformas agrarias para obtener por métodos biológicos los productos agropecuarios y sus derivados y de formas de abastos pertinentes, pero es que he perdido la fe en lo que tenemos de humanidad.
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De la deuda de España , a la deuda de Grecia y tiro porque me toca y de Syriza a podemos y seguimos reformando el capitalismo.