Darío Herchhoren
En la antigua Roma, los emperadores, estaban protegidos por la Guardia Pretoriana, a cuyo frente estaba un pretor, que era en realidad un funcionario que estaba a las órdenes del emperador. Pero los pretores eran en realidad los que creaban el derecho, y los cinco primeros pretores poseían por disposición del Senado Romano lo que se llamaba el «ius publice respondendi», que consistía en que lo que ellos dictaminaban tenía fuerza de ley. Los cinco primeros pretores fueron Gayo, Ulpiano, Paulo, Modestino y Papiniano, y fueron los únicos que tuvieron esas facultades. Ya consolidado el imperio no hizo falta que esos poderes continuaran en manos de los pretores.
Pero la gurdia pretoriana, no solo cuidaba al emperador, sino que también lo controlaba, y la misma adquirió tal poder que juntamente con las legiones llegaron a elegir a los emperadores, durante la última parte del imperio romano de occidente.
La descomposición del estado romano lo llevó a su caída en el año 1453, en que se acaba el imperio bizantino, que era en realidad el imperio romano de oriente.
El estado moderno es la continuación del viejo imperio romano, ya que su legislación pervive en los códigos modernos, y sus instituciones también.
Todo este circunloquio viene a cuenta de lo sucedido a raiz de la remoción «por falta de confianza» del Coronel de la Guardia Civil Diego López de los Cobos, un oficial muy discutido a raíz de su actuación en el referendum de autodeterminación efectuado en Cataluña en octubre de 2017, y en acusaciones contra el mismo de aplicación de torturas a detenidos.
Al fin la sangre no llegó al río, y todo se encauzó normalmente.
Pero para una mejor comprensión de lo ocurrido vayamos a la ley que que fija la naturaleza y funciones de la Guardia Civil. La misma dispone que la Guardia Civil es un instituto armado de carácter militar, y que depende del ejército español en cuanto a su encuadramiento, y del ministerio del interior en cuanto a su funcionalidad.
Esa destitución provocó una cascada de dimisiones que alarmó a sectores de la derecha política que utilizaron esos hechos como ariete contra el gobierno de Pedro Sánchez.
Esta situación desembocó en una cascada de dimisiones en la Guardia Civil, donde la institución resolvió rápidamente su crisis.
Pero vayamos al fondo del asunto, y para ello echamos mano de la ley que establece claramente que la Guardia Civil es un instituto armado de naturaleza militar, y que tiene facultades de policía judicial en el medio rural y en pueblos y ciudades de menos de cien mil habitantes, aunque en la práctica opera en todo el país. La Guardia Civil depende del ejército en cuanto a su naturaleza militar, aunque depende del ministerio del interior en cuanto a su operatividad.
Ahora bien, trataremos de despejar la duda de si la Guardia Civil tiene ideología.
La Guardia Civil, como el ejército y la policía forman parte del estado y están a su servicio, y el estado es la representación de la relación de fuerzas que existe en una sociedad dividida en clases antagónicas que luchan entre si. El estado español es la representación de esas luchas, y es obvio que en España la gran burguesía es la que tiene el realidad el poder. Para entender esto hay que partir de la base de que una cosa es el gobierno y otra cosa es el poder.
En efecto, a raíz de los llamados pactos de la Moncloa, el franquismo aceptó entregar el gobierno a quien resulte ganador de las elecciones, pero jamás el poder real. En España el poder real, es decir el manejo de la gran banca y de los grandes conglomerados económicos e industriales está en manos de la gran burguesía.
La gran burguesía española es hija del franquismo que la favoreció con generosos créditos, algunos a fondo perdido, y como hija del franquismo ha heredado de su criminal padre sus modos y sus ideas reaccionarias y fascistas que impregnan todo su accionar, y no está dispuesta a ceder un ápice de ese poder.
La CEOE (Confederación Española de organizaciones Empresariales) y el IBEX 35, que es el conglomerado de las 35 mayores empresas que cotizan en bolsa en España son los que poseen el poder real.
Y como reaseguro para ellos, es decir de clase para si, han ingresado a España en la OTAN, y por lo tanto el ejército español, la guardia civil y la policía forman parte de un entramado que existe para perpetuar el statu quo actual.
Y como conclusión diremos que tanto el ejército español, como la policía y la guardia civil tienen la ideología fascista de quien los manda. Son en realidad la guardia pretoriana que cuida al gobierno y además quien lo controla.
El referendum en Catalunya fue el 1 de octubre de 2017, no el 2018.
¡Gracias!
Corregido.